Hay un aforismo que a mí me gusta mucho "nada nos engaña tanto como nuestro juicio" porque resume la mentalidad y contra éso es muy difícil luchar. Son muy pocas personas las que alcanzan una moralidad postconvencional, simplemente por falta de capacidad y se quedan en estadios inferiores en el desarrollo de la moralidad. Difícilmente van a entender los mecanismos para aplicar o aproximarse a la justicia.
Hola Mimí, me da por leer algo para distraer la mente cuando la tengo embotada, aparte del debate sobre lo penalmente relevante, me extraña que traigas a colación un aforismo que debe de darse exclusivamente en lo personal, dejando todo vestigio fuera, al menos, si el aforismo lo llevamos al ámbito de tener que impartir justicia, eso sería contrario al 119 Ce e incluso daría lugar a destitución del cargo si se pudiese demostrar que se ha podido dictar una resolución faltando ese elemento intencional como es la "imparcialidad".
No sé si es que yo he entendido mal, pero quieres decir que, por ejemplo, un juez católico no dejará de lado su "aforismo" e imparcialidad a la hora de aplicar la justicia ante un hecho delictivo cometido por un musulmán. ¿?
Personalmente podemos tener nuestros propios ideales, creencias, moralidades, etc., pero te puedo asegurar una cosa, alguien que tenga que "impartir justicia" y, en un procedimiento sancionador que aunque firma otra persona lo tramita un funcionario, la imparcialidad debe ser total y absoluta, la igualdad ante la ley está por encima de todo nuestro entorno subjetivo personal; así es como siempre he actuado y como lo volvería a hacer.
No creo que se deba tener una moralidad postconvencional, ¿después de lo acordado, del pacto? Sinceramente, salvo en las relaciones abogado/cliente en la que el profesional se ajustará en todo caso a la de su cliente, si quiere llegar a un buen fin, o al mejor posible, hay otras muchas profesiones en que la imparcialidad juega un papel fundamental, y esa misma obligación debe de llevar a separar el "trabajo" de "las creencia interiores y de la moralidad de cada cual", de la que sí que, por supuesto, creo que hay personas que la tienen a motus propio, no por convencionalismos de la época.
De veras, en mi entorno personal mi forma de ser será siempre la misma, no voy con los tiempos, al igual que no voy con lo que se lleva de última temporada, mis creencias son mis creencias, y mi moralidad es mi moralidad, pero eso es una cuestión, y la libertad respecto al pensamiento de los demás en su "entorno y en su forma de ser" es lo que debe privar por encima de muchas otras cuestiones.
Y por supuesto nada que ver con los argumentos jurídicos que se han dado para decir que la norma de la que hablamos sí es constitucional.
Y soy de las que piensan que cada cual puede tener la orientación sexual que le guste, pero también lo soy de las que piensan que antes de haberse aprobado esa ley, tenía que haberse modificado la Constitución, al fin y al cabo, era una reforma sencilla, no se encuentra en los requisitos del art. 168 CE, aunque de todas formas, nuestra Constitución, a pesar de su rigidez, para la evolución que ha experimentado nuestra sociedad, y que esa sociedad pueda vivir en libertad conforme a sus principios, está algo "viejita".
Bueno, me dejo de debates, prefiero "la libertad" de los demás en sus "moralidades personales", sigo con el estudio.