Es el caso de un ex-representante de los trabajadores en una empresa, justo después de haber dejado la representación, y tras una negociación dura donde los desencuentros con compañeros y jefes han sido constantes.
En concreto, ante una deuda contraída por parte de la empresa con los trabajadores, el jefe asegura que se llegó a un acuerdo verbal con el representante sobre la renuncia a exigir por cauces legales pertinentes el abono de la deuda. El acuerdo verbal ni existió en su momento, ni, evidentemente, hay constancia escrita de ello. El jefe, justo ahora que ya no ejerce la representación, se está reuniendo uno por uno con los trabajadores y les está contando que, en base a ese "supuesto" acuerdo verbal han de renunciar a emprender acciones legales, porque supondría la quiebra de la empresa y añade que el representante les traiciona al no haberles informado de ese acuerdo, que, como se dice, es inexistente.
El trabajador, ante tales acusaciones e insinuaciones, estudia la posibilidad de que se esté dando un posible caso de acoso laboral o "mobbing".
¿Estaríamos ante mobbing? ¿Qué procedimiento se debería seguir?