Con ese tipo de facturas te suelen enviar un sms indicando cantidad y una referencia, se puede pagar en el banco y también en la oficina de correos, dan un plazo para efectuarlo.
En correos piden el papel o por lo menos fue lo que me dijeron. Sin el papel no te lo hacen. Porque necesitan el código de barras que lleva.
Aunque lo que dices es muy interesante.
El asunto es que yo no quiero perfil electrónico . O sea tener que entrar en su web a chupar publicidad. Sino que envíen por correo electrónico normalito y corriente.
No lo están haciendo.
Además casi todas las timofónicas tratan de imponer el medio de pago. .... Inicialmente mediante domiciliacion bancaria.
Y no dan muchas facilidades a la hora de pagar aunque te pongan en los avisos setecientos bancos.
Cuando analizas ves que :
1. Salvo correos que tiene un horario ampli....
2. Los bancos o tienes cuenta en ellos o no puedes transferir desde el mismo para pagar
3. Los horarios de ventanilla son limitados : días tal a cual, que sean viernes y de 11 a 12, por poner un ejemplo.
No hay modo de pagar directo. Todo es a gusto y a favor de las timofónicas. Y lo último sería ya que pretendieran cobrar comisiones si el usuario escoge el medio de pago.
Al final van imponiéndose y sojuzgando al país con sus modalidades, premium, triquiñuelas, latrocinios, incentivos.
y es que como dice el poeta Orihuela en su poema :
El contestador automático del neoliberalismo
Si quiere control pulse distracción.
Si quiere seguridad pulse violencia.
Si quiere desmantelar los derechos sociales
y los servicios públicos pulse crisis económica.
Si quiere medidas impopulares pulse resignación.
Si quiere público pulse publicidad.
Si quiere engañar pulse sugestionar.
Si quiere inducir comportamientos pulse emotividad.
Si quiere vulgaridad pulse corazón.
Si quiere cultura pulse moda.
Si quiere privatizaciones, precariedad y flexibilidad
vuelva a pulsar crisis económica.
La operación se está procesando.
Recuerde, nuestras órdenes son sus deseos
En Todo el mundo está en otro lugar,
Baile del Sol, 2011
Antonio Orihuela