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LoginMaría Teresa Gómez-Limón recogió el acta de diputada en la Asamblea de Madrid que Esperanza Aguirre dejó tras anunciar, en septiembre de 2013, que dejaba la política. Un año después, abandonó el grupo parlamentario del PP denunciando falta de libertad en su partido, muy crítica con la gestión que el Gobierno hizo del accidente de tren de Santiago, al que sobrevivió. La semana pasada, se despidió con una durísima andanada contra sus excompañeros, a los que acusa de practicar seguidismo y «mobbing» a quienes alzan la voz crítica.
En su blog personal, Gómez-Limón asegura que existe una disciplina férrea, sectaria, dentro del grupo del PP. «Nadie abre la boca ni siquiera para preguntar algo. Si un día se te pasa por la cabeza hacer una mínima crítica, te hacen mobbing», escribe la diputada díscola, que retiene su acta como no adscrita en la Asamblea.
«Un diputado del PP, tal como me han manifestado a mí personalmente, sólo tiene dos tareas: votar lo que le mandan y aplaudir con ardor», continúa en su escrito, en el que asegura que los diputados populares, con mayoría absoluta en el Parlamento regional, son «objetos de usar y tirar» y añade que no pueden hablar con la «cúpula» del partido, que sitúa con sorna «por encima de lo divino y de lo humano».
«Por supuesto», continúa Gómez-Limón, «los nombramientos no responden jamás a méritos ni conocimientos (eso suele ser un handicap), sino que están en función de lo que diga “el dedo de Dios”».
En último término, declara haberse sentido discriminada por los «pata negra» del partido, que no provienen de otras formaciones como era su caso. Gómez-Limón preside el partido Centro Democrático y Social, integrado en el Partido Popular desde el año 2005, y ha sido diputada regional en la Asamblea de Madrid de 2007 a 2011 y de 2012 a 2014.
