Pues no sé qué decirte, amiga Marilynmonroe. Siendo lo de Marta del Castillo uno de los casos mediáticos y más tremendos por las circunstancias que lo rodean, no deja de ser más que un muy desgraciado caso de tantos. Mira, yo tengo ahora 37 años. En plena juventud mía ocurrió otro que me dejó tocado para los restos, lo de las niñas de Alcácer (secuestro, humillación, vejación, tortura, ensañamiento, violación y asesinato de la forma más salvaje, con catorce, quince y 16 años). En aquellos tiempos, y nunca lo he dicho, yo no hacía ascos a la pena de muerte e incluso en aquellos tiempos y aquél caso apostaba por dicha pena (en determinados casos, como podía ser ese caso).
Un Abogado penalista que era compañero de mi club de ajedrez y solía hablar mucho conmigo, me dijo: "tu amas el derecho (y no había empezado la Carrera !!), cuando estés en segundo carrera ya no defenderás la pena de muerte, y cuando estés en quinto la aborrecerás"; pues debo darle la razón a aquél Abogado penalista, qué quieres que te diga. La aborrezco.
Poco a poco, quizás para justificarme y de forma quizás inconsciente, se forjó en mi mente que la pena de muerte no puede ser porque es una aberración jurídica antinatura, por ser un instrumento de fuerza tremendo en manos de los Estados, porque si nos equivocamos no tiene solución posible, porque el Estado no es quien para quitar lo que no ha creado, porque si el bien jurídico superior que merece mayor protección es la vida es un disparate que sea el mismo legislador panal quien contemple la muerte como pena......PERO, sí que esas víctimas y esos familiares eran merecedores de un respeto, así como el resto de la sociedad bien merecían protección ante semejantes monstruos. Mi solución fue que ni reinserción ni medias tintas, penas íntegras y privilegios cero, nada. Los gastos de reinserción y privilegios para las víctimas y familiares. Ante la complejidad de la problemática reconozco que no se me ocurrió otra cosa, y por eso siempre defiendo lo mismo. En determinados tipos delictivos y de delincuentes nada de reinserción.
Pero la pena de muerte no tiene defensa, de hecho es un asesinato en manos del vérdugo (que hay que tener estómago, por cierto, para ser vérdugo): sólo pensar que se acabe matando al que NO HA SIDO, me entran escalofríos y ganas de llorar, vomitar o yo qué sé. ¿Y cuántos inocentes van ya, y cuántos errores judiciales y malas defensas, y cuántos se han sacrificado porque la sociedad quería un culpable a toda costa, y a cuántos opositores han eliminado los Estados por medio de esta pena?......por eso, para mí es imposible un Estado justo y hablar de justicia penal en nigún Estado que la contemple.
Un saludo, y gracias por prestarte a estas reflexiones. Sí, efectivamente, en el caso Marta del Castillo no se puede penalizar por asesinato, ni siquiera por homicidio doloso (no hay cuerpo del delito). Pero es que además, SI ESA FUESE LA IMPUTACIÓN Y ASÍ SE ESTABLECIESE EN LA SENTENCIA RESULTA QUE SERÍA UNA ABERRACIÓN PROCESAL......POR MUCHO QUE DUELA DECIRLO. Y podemos ir más lejos, resulta que si algún día apareciese el cádaver, no pueden las pruebas que de ahí se saquen perjudicar a los reos (cosa juzgada), pero sí aquellos extremos que les favorezcan (mediante revisión).
Quién tiene las respuestas, nadie hasta el momento ha encontrado soluciones. Pero lo que sí tengo claro es que la pena de muerte no puede ser la solución.