Este verano estuve unos días por Cataluña, llevaba unos años sin ir y aunque me encanta Barcelona y la Costa Brava, en esta ocasión me quedó mal sabor de boca. Principalmente por los elevados precios y por el acoso de la Administración en su afán recaudatorio. Es entrar a la Generalitat y tienes peatjes cada 5km a palos de 5 pavos para arriba, radares cada 3km y colocados estratégicamente para pillar, la famosa tasa turística, que aunque sea una cantidad ínfima la verdad es que jode tener que pagar tasas por ese concepto en tu propio país, comer, cenar o tomar una cerveza es carísimo en relación con la calidad y el servicio, en un evento me cobraron 10 euros por una cerveza tamaño pequeño, en vaso de plástico, calentuja y sin fuerza, sus muelas!
Barcelona estaba a reventar de turistas, pero algo brutal, casi rozando el caos en algunas zonas, por lo que entiendo lo de la tasa turística, pero los turistas nacionales deberíamos estár exentos, en mi opinión.
En relación con el nacionalismo me ocurrió una anécdota en La Boquería. En uno de los puestos la señora se dirigió a mí en inglés (tenemos pinta guiris) y al decirle "in spanish please" no veas el rebote que se pilló la tía, me soltó en catalá algo así como "pues también te lo puedo decir en catalán" en tono airoso. Me quedé perplejo y le respondí "seguramente le entendería mejor en catalán que en inglés" y ya la mujer se bajó y me atendió amablemente y en castellano, pero ese pronto que tuvo... ahí le salió la vena independentista y antiespañolista.
Un simple caso puntual, el resto de catalanes con los que traté amabilísimos todos y todas, y no es para menos, te cobran hasta las sonrisas!.