Nuevo parte de guerra o de tregua:
Hoy quiero dar un mensaje de esperanza, de tranquilidad para el españolito, el italiano o el indio o americano medio, que está aterrorizado por el coronavirus.
1. ¿Qué te dice la sabiduría del cuerpo, con el buen tiempo que hace, la estabilidad meterológica, el aire puro que se respira en las ciudades? Que el peligro de que cojas eso, que siempre existe, es realmente muy remoto: de 1 contra 10 millones de probabilidades. Eso es lo que han pretendido ocultarte los medios, los políticos y los médicos oficialistas, y no necesariamente con mala fe. Ellos no escuchan la sabiduría de su cuerpo y no quieren que tú escuches la tuya.
2. Es cierto, y por eso recomiendo no salir, que es mucho más probable que te topes con la policía. Y a ver cómo le explicas eso a la policía, que encima está con mascarilla, que es un icono del miedo que tienen y del que nos quieren imponer, no por mala fe, sino porque ellos lo tienen. Muchos están practicando una especie de fe, de magia negra, contra la sabiduría de su propio cuerpo, que su mente ha borrado de manera inconsciente o deliberada.
3. Es demencial y paranoico pensar que en cada cuerpo humano se esconde la bestia de la muerte, cuando precisamente lo que se esconde es una sabiduría que tenemos, que utilizamos mediante la intuición como toda especie animal, aunque en menor medida. Lo que sabe nuestro cuerpo, lo sabemos, pero muchos de nosotros no sabemos que lo sabemos, y lo sustituimos por la manipulación mental impulsada desde los medios de comunicación.
4. La ciencia es como toda capacidad humana: si no utilizamos lo que se sabe, entonces, mal aplicada, involucionará en superstición o dogma. Muchos científicos han hecho aportaciones, y aprovechado sus conocimientos para elevar a certeza científica, esa innata sabiduría corporal que en el ciudadano, sólo llega a un nivel intuitivo. Intuitivo, pero en todo caso, más que suficiente para tener un discernimiento solvente.
5. Las Instituciones, lamentablemente, no aprovechan todo ese conocimiento experimentado y publicado, porque siguen enquistadas en los viejos dogmas de la medicina oficial. Pero la ciencia real, siempre ha estado por delante de la oficial. Esto no es nuevo: pasó en la Edad Media, en la Moderna, pasó hace 100 años y volverá a pasar dentro de otros 100. Esto es una constante que se repite. Lo que ha pasado es útil, para hacernos recordar esto: que la ciencia real ha estado con frecuencia ninguneada por el poder, por el oficialismo científico, por los medios de comunicación y por el populacho. Esto no es nuevo.
6. Tampoco es nuevo, que ahora un poder mundial, con mayor o menor fortuna y más o menos acierto, intente imponer a los Estados y pueblos una ortodoxia supersticiosa, consistente en ignorar la sabiduría corporal. Eso pasaba en la Edad Media. En la Edad Media, ese poder se llamaba Papado y se ejercía a través de los Curas. Ahora se llama Organización Mundial de la Salud y se ejerce a través de médicos, funcionarios, subordinados al poder político e incentivados económicamente por las industrias farmacéuticas, para que prueben tal o cual cosa. Lo que pasa, es útil para comprender esto. Para comprender que las disputas científicas entre oficialistas y alternativos y la persecución y marginación de éstos últimos, son como un remedo de las persecuciones religiosas en la Edad Media, contra toda teoría religiosa o científica, que se apartara del dogma eclesiástico oficial, ni siquiera del catolicismo, sino peor aún: de lo que interpretara la jerarquía que era la verdadera doctrina católica. Si creías que esa intolerancia religiosa no iba a volver de otra manera, la actual situación no hace sino desmentirte. ¡Bienvenido a la Tierra! ¡Baja a la Tierra, que ya tendrás no ya ocasión, sino hasta puede que la obligación, de habitar otros mundos!
7. Mientras tanto, investiga, empápate de libros, lee, reflexiona, escribe negro sobre blanco tus reflexiones: éste es un fenómeno nuevo, de acuerdo, usa la intuición, recurre a precedentes históricos no idénticos, pero sí al menos análogos, escucha la sabiduría del cuerpo: la sabiduría del cuerpo te invita a salir, porque no hay tanto peligro ambiental como dicen, pero también te invita a quedarte, para no soportar el estrés policial: ver a dos coches de la policía a lo lejos, tener que pensar por dónde pasas para pasar desapercibido, tener que pensar cómo mantener el tipo cuando te llaman la atención, etc. Todo eso es muy desagradable, sobre todo para quien no está acostumbrado a la clandestinidad.
8. Una vez que comprendas, compártelo. Difunde confianza, difunde optimismo, estimula una resistencia pacífica a los dogmas del oficialismo. Pero sobre todo, recuerda que eres imperecedero, recuerda que tu espíritu, cuando tu cuerpo muera, seguirá encarnándose, deseando siempre contemplar la belleza infinita de todo cuanto hay en el Cosmos, porque tú como ser humano y todos los seres humanos, somos parte de esta belleza infinita que hay en el cosmos y somos por ello infinitamente bellos.
9. No te dejes llevar por el miedo, por el pesimismo, ni escupas nunca sobre la especie de la que formas parte. Eres grande, imperecedero, cuando este planeta se acabe, tendrás otro, y no acabará nunca. Cuando te perfecciones como humano, serás una criatura divina, y ascenderás a semidiós. En todo caso, recuerda una cosa: un día el Sol se apagará, pero nosotros seguiremos. Precisamente la ciencia no corrupta, la ciencia comprometida, está buscando salida para cuando llegue cualquier cataclismo, que llegará. Ninguna especie está preparada para hacer frente a esto, sólo la nuestra. Sólo nuestra humanidad y otras humanidades extraterrestres, que las hay más avanzadas y menos avanzadas que la nuestra. Recuerda esta buena noticia: el Sol se apagará, pero nosotros seguiremos.