Pedro J fue, ha sido y sigue siendo un entusiasta defensor de la Constitución de 1978. Digo esto, porque el proceso de Transición se consideró acabado con la victoria del PSOE en 1982 en las urnas, con 202 diputados.
Era en la época del PSOE, cuando ETA mataba de una manera devastadora, cuando se sacaba a las víctimas por la puerta de atrás de las iglesias vascas, etc.
La inacción, la ineficacia de la UCD y el indulto criminal de Suárez a los etarras y a Carrillo convirtió España en un infierno: ETA mataba por decenas, luego por centenares, hasta llegar al millar, Francia era un santuario, los etarras se movían con total impunidad por ahí.
El hecho es que Felipe González creó el GAL, el GAL cayó simpático a todo el mundo, yo incluido. Hoy no me resulta tan simpático, pero bueno.
La investigación de lo que era aquello, llegó hasta los policías Amedo y Domínguez, que fueron condenados por ello.
Los políticos de la Transición aborrecen a ETA, pero al mismo tiempo la admiran. Con Felipe eso no fue una excepción. Por eso tras los ajustes de cuentas entre mafias, vinieron los pactos. (Es que hay que contar bien esto). Entonces los mismos que se mataban, (Rafael Vera, el verdadero Ministro del Interior y los etarras) después negociaron en Argel. Lo que salió de ahí lo desconozco, y si alguna vez lo supe, se me ha olvidado, pero el caso es que otro enjuague entre bandas fue que excarcelaron a varios etarras, para poder justificar luego que excarcelaban a Amedo y Domínguez, como así fue. Luego aquello no se justificaba más, sino que empeoraba las cosas, pero esta era la idea que tenían.
Menciono que Garzón que instruía eso, luego fue al PSOE y cuando Felipe no le dio el Ministerio, volvió en plan venganza, lo que nunca debió hacer.
Los jueces nombrados por Felipe, exculparon a Felipe, pero todos sabíamos que había sido él.
Y aquí viene la clave de todo: no fue juzgado, sus segundos fueron indultados por Aznar, algunos policías del GAL y de toda esa porquería de los latrocinios y tal, no fueron purgados, sino ascendidos por Aznar y Pedro J estimó que todo había quedado depurado con el cambio de Gobierno y con que los jueces habían dicho punto por punto lo que El Mundo había denunciado.
Algunos años después se vería el gran error de Pedro J. El hecho es que la Constitución convierte las denuncias sobre crímenes del poder en papel mojado, al someterlas a los jueces que el poder criminal ha nombrado. Y favorece igualmente el que los poderosos corruptos sean indultados por poderosos corruptos. Las tramas negras que no fueron depuradas vuelven hoy, al primer plano, la sombra del terrorismo planea de nuevo sobre el poder político con el tema del 11-M.
El tema es que este crimen no se saldará nunca con un cambio de Gobierno, ni con una condena simbólica y un indulto, ni menos aún con un falso culpable. Ésta es la clave, que si la doctrina de Pedro J no vale para el GAL, menos vale aún para el 11-M. La clave también es que, los autores del golpe, saben que están protegidos por los jueces que el poder nombra a dedo.
