La figura del procurador se hace relevante aproximadamente sobre el siglo XV, se creaban poblaciones alrededor del núcleo municipal, donde se encontraban los juzgados, las alcaldías, etc., las distancias entre las poblaciones a veces eran de cientos de kilómetros, por lo tanto para evitar los desplazamientos de abogados y clientes, el procurador solía residir en el mismo municipio para evitar desplazamientos innecesarios del abogado y agilizar la justicia.
También el procurador era el representante legal del municipio, elegido por los regidores. El procurador debía intervenir en todos los casos de venta, composición y repartimiento de tierras y solares.
Hoy en día todavía hay municipios (por ejemplo en Galicia) que es muy necesaria esta figura o empresas que tienen el domicilio fiscal en una población, con sus abogados en la misma, pero tiene problemas legales en diversas provincias, para evitar desplazamientos, el procurador sigue siendo necesario.
Otro tema es cuando el abogado y el procurador se encuentran en la misma población y/o se trata de temas sencillos.
En esos casos, al igual que Hacienda o la Seg. Social, creo que se debía (como ya hemos hablado en otras ocasiones) de informatizar el tema.
No creo que la figura del procurador sea innecesaria, para nada, pero sí creo que es una profesión que la están dejando atrasada y apartada del ritmo de los juzgados, porque les impiden agilizar su trabajo informáticamente y eso provoca atrasos en los juzgados, abogados y clientes.
Llegará el día que todo esto se actualice, pero más que desaparecer la figura del procurador (que es necesario) deberá modificarse facilitando a todos su trabajo, lo que evitará que sus gestiones sean también en muchas ocasiones desproporcionadas económicamente para el cliente, debido a la multitud de viajes absurdos que realiza y el tiempo que invierte y pierde en gestiones que se pueden realizar informáticamente. Un saludo, Carín.