Totalmente de acuerdo con Lili. Actitudes como las que ha tenido este compañero son las que promueven es la opacidad de la profesión y el rechazo de la sociedad.
La obligación acorde a la ética, maś allá de los criterios orientativos del Colegio de abogados, debe ser informar a nuestro cliente en cuánto va a costar su asunto.
Hay que recordar igualmente que los criterios del Colegio están absolutamente desconectados con la realidad social y económica del país, y por ello no podemos aferrarnos a los mismos como a un clavo ardiendo.
Esperanza, lamento que haya ocurrido esto. En cualquier caso es importante que hagas caso la próxima vez a la recomendación de Lili, y que también pienses que no todos los que estamos en esta profesión hacemos lo mismo.
Un saludo.
A ver, compañeros, estoy de acuerdo con vosotros y no estoy defendiendo al Letrado. Es difícil saber si actuó de buena o de mala fe pero, en el mejor de los casos, ha conseguido cabrear a un cliente. Además, también le digo a Esperanza que debería aprender la lección para que, cuando ejerza, sea clara con sus clientes. Lo que trato de explicar es que:
En cierta medida, ambas partes (Letrado y cliente) tienen responsabilidad sobre la falta de concreción de un aspecto del contrato. Ya sé que la posición de ambos es desigual, pero no estamos hablando de una cláusula suelo o de la letra pequeña de un contrato de telefonía, sino de algo tan relevante como el precio. Desde luego que el compañero debía haber sido más claro, pero eso no exime totalmente a Esperanza de haber pedido una explicación, máxime cuando se trata de una cliente a la que se le supone algo familiarizada con este mundillo. Siendo, pues, que dicho extremo del contrato quedó sin determinar, hay que acudir a algún criterio objetivo para fijar los honorarios y el mejor que tenemos, aunque esté ciertamente desconectado de la realidad, son los baremos de los Colegios.
2. Desde luego, todo se puede llevar a juicio y hasta cabe la posibilidad de que un Juez los declare abusivos pero, sinceramente, lo considero improbable y me parece que a lo que se arriesga Esperanza, de persistir en su postura, es a gastar más dinero en abogados y, además, a que la condenen en costas, lo que aumentaría su deuda con el primer Letrado. Yo, por honestidad con el cliente -que no por corporativismo-, le recomendaría que no emprendiera acciones.
En todo caso, insisto en que no me parece aceptable (ni en un despacho de abogados ni en otras actividades empresariales) ser poco transparente con los clientes y que, si la versión de Esperanza es totalmente correcta, el compañero no estuvo muy fino.
Un saludo a todos.