Se confirma lo que ya sabíamos: Batasuna estará en las elecciones de mayo. La confirmación se produjo en realidad el pasado viernes 27 con el auto del juez Garzón que descartaba tomar medidas cautelares contra ANV, la última marca electoral de Batasuna-ETA. El resto ya es puro teatro.
Conde-Pumpido convocó ayer una rueda de prensa para justificarse, a él y al gobierno, puesto que la abogacía del Estado y la fiscalía llevan caminos paralelos como no podía ser de otra manera. La impugnación de las agrupaciones electorales ó de ASV es la primera coartada. La segunda, la impugnación, sólo a medias, de las listas de ANV. Esta impugnación a medias pretende lavar la cara, pero apenas afecta a una pequeña parte de las candidaturas del partido de ETA. Sin embargo eso no es lo más grave:
Como la opinión pública ya sabía que las listas de ASV eran sólo la tapadera y que la verdadera marca sería la de ANV (estrategia que ETA repite por segunda vez), para evitar un desgaste excesivo al gobierno ZP se decide hacer como que se intenta ir también por ANV, pero sin deseo verdadero de que quede deslegalizada. Lo llamativo del caso es que se impugna un poquito para no enfadar mucho a ETA-Batasuna, pero en realidad lo más probable es que ninguna lista sea anulada por el TS. La razón es que los argumentos de la fiscalía son “ingenuos” y seguramente no serán suficientes. Me explico:
- La única estrategia válida para lograr la anulación de las listas de Batasuna-ETA es la de probar una identidad real con la antigua marca, bien por identidad total ó casi total de sus miembros, ó por similitud de objetivos especialmente el de no condenar la violencia y el de ser elegido por ETA para que le represente. Este argumento se ha empleado contra ASV, pero no contra ANV. Para ello el Ministerio del Interior ha manipulado los informes policiales que le pedía la Audiencia Nacional de forma que no se pueda proceder cautelarmente contra ANV. Cuando ya no es posible deslegalizar ANV, se impugnan las listas por identidad de algunas personas, sin argumentar nada más. El problema es que cuando las personas sólo coinciden en un número escaso no es un criterio válido, como ya expuso el TC en otra ocasión. Con lo que la impugnación parcial del MF no prosperará casi con toda seguridad, pero se dirá que ha sido el TS, que el gobierno lo intentó. Una vez más, como ya lleva intentando hacer ZP desde que empezó el vergonzoso “proceso”, pretende esconder su responsabilidad en el Poder Judicial para evitar su desgaste político. Una vez más el prestigio de la justicia quedará dañado. Y todo por que todas las decisiones políticas más importantes del gobierno ZP son tan graves que han quedado en manos de los tribunales.