Peage, no se dice lo que uno pretende decir, sino lo que se dice literalmente. Y sobre todo en cuestiones de esta índole (pena de muerte). Pero es que, además, cuando uno contesta a lo que dices, no a lo que pretendes decir, realmente no se te contesta a ti, sino a la postura general que defiendes. Uno de los problemas de la iglesia es que es demasiado "casuística" como para ser evangélica. Y esto no lo digo con intención sangrante. La iglesia debe asumir tres cosas, según su pretensión de atemporaldad, infalibilidad y totalidad:
1) Que no puede argüir que en aquellos tiempos... No, en aquellos tiempos la "verdad" evangélica era una, no matarás, y no puede variar eso según las situaciones. Dios y sus ministros, precisamente por la trascendencia que se preteden a si mismos, están más obligados que los demás.
2) La iglesia pretende imponer caminos; cuando interviene no lo hace a modo de opiniones, sugerencias, sino de una verdad recibida. Sus fuentes son (pretenden ser) superiores. No puede jugar con dos o más barajas: somos la palabra de dios, pero la palabra de dios la podemos interpretar según... ¿según qué, quién?... y además dadas las limitaciones de la época aquellos hombres "pudieron" equivocarse.
3) Esa pretensión de totalidad la obliga a una coherencia total, en el espacio y en el tiempo. Vuestra ley no es una ley humana, precaria, limitada por la limitación de unos limitados legisladores. O es la representante de dios, con todo lo que esto implica o, si pide el derecho al error, a las limitaciones de los humano, no puede creerse infalible (y sé qué significa infalibilidad, pero luego no se utiliza en ese sentido, sino que se habla ex cátedra, con la autoridad que se tiene cuando se le revela a uno una verdad.
Y esa totalidad obliga a mucho: no sepuede pretender el sueldo del director general (en este caso sueldo en prestigio) y la responsabilidad del botones.
Y en esa totalidad se evalúan acciones y omisiones. Muchos no comprendemos que se excomulgue a alguien por defender a los pobres y que no se excomulgue a otros por dar un golpe de estado cruento.
Peage, más o menos tú dices lo que dice la iglesia, y esa es tu debilidad (esto dicho con modestia en lo que a mí se refiere). Tu debilidad no está en tus argumentos, sino en las propias e inmensas contradicciones de la iglesia. Podríamos decir que eres un abogado al que le ha tocado un caso difícil. Quizás tu fallo o lo que yo creo tu fallo (y yo tengo los míos, inmensos, por supuesto) es, por esa fe que tienes, empecinarte en no ver muchas cosas que están ahí, evidentes, y que sí ves en otras religiones (¿cómo no verlas?). Los jerónimos y fray bartolomé de las casas pedían esclavos, por ejemplo. Si tú tuvieras que defender esa parte de la historia de la iglesia, los malabarismos que tendrías que hacer serían increibles.
¿Cómo se puede luchar así contra el aborto y luego vetar a una parte de la iglesia que lucha contra otro aborto peor, la de niños crecidos que se mueren de miseria? Y cuaidado, no se defiende la vida con simples invocaciones, sino con hechos... no volvamos a la ¿Y cómo puede ser tan importante la vida y luego llevar a la muerte a un ser porque el preservativo es ¿pecado?
En el tema de la pena de muerte no hay medias tintas: la asumes o no. Y hay que asumirla con claridad, no con rincones y sombras que pueden llevar a su justificación indirecta. Por ejemplo, los estadistas católicos que la aplicaron deberían haber sido excomulgados inmediatamente. Esa sería una actitud coherente con esa defensa a ultranza del aborto.