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Autor Tema: La foto de la corrupción en el PP valenciano  (Leído 523 veces)

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Desconectado federicomartin

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La foto de la corrupción en el PP valenciano
« en: 13 de Septiembre de 2016, 18:22:54 pm »
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Observen la imagen de arriba. Por número de delitos atribuidos y las condenas acumuladas por los retratados podría ser una rueda de reconocimiento en cualquier comisaría de Policía, pero no lo es. El escenario es el Palau de la Generalitat Valenciana. Año 2009. Día 18 de mayo. Faltan unas horas para que Francisco Camps acuda al Tribunal Superior de Justicia de Valencia de la mano de Ricardo Costa, ex secretario general del PP valenciano, para declarar ambos como imputados por su implicación en el asunto de los trajes del caso Gürtel.

Camps, que aún presumía por aquel entonces de una felicidad hiperbólica, mantiene su agenda institucional. Por la mañana inaugura unas Jornadas de Formación y Convivencia con el colectivo gitano de Valencia en un centro deportivo y se marcha ovacionado al grito de 'Tío Paco, presidente'. "De los gitanos he comprendido que el camino a seguir es el que se pacta y que haciendo las cosas bien, siguiendo el camino pactado y los objetivos previstos, se consiguen excepcionales frutos", complacía el president.

Por la tarde, se traslada al Palau para presidir la firma del Pacto Local por la Integración (del que nunca más se supo) en un acto multitudinario organizado por el siempre eficaz Rafael Blasco que se acaba convirtiendo en un tributo a la figura de Camps. El escenario, el Salón de Corts, reservado a los actos más solemnes de la Generalitat. Francisco Camps es recibido allí por varios colectivos de inmigrantes y por casi todo su equipo de gobierno, los alcaldes de las tres capitales de provincia, los presidentes de las tres Diputaciones provinciales, la presidenta de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP), la presidenta de las Cortes, 78 alcaldes, 28 diputados del PP... E incluso el cónsul de Grecia en Valencia. Llega Camps y cinco minutos de aplausos.

Eran los tiempos en los que el Partido Popular valenciano se sentía fuerte, acumulaba mayorías absolutas en cualquier plaza de la Comunidad Valenciana y Mariano Rajoy decía aquello de "Gracias Paco, siempre estaré detrás de ti, o delante, o a un lado". Años antes ya le había dicho a Rus "te quiero, Alfonso, coño" y había puesto a Carlos Fabra como colmo del "político ejemplar".

Acabó el acto en Valencia y los líderes del PP regional posaron para la foto. Ahí los tienen. De izquierda a derecha, Carlos Fabra, Ripoll, Rus, Alberto Fabra, Castedo, Barberá, Blasco y Camps. Juntos suman ahora cerca de una veintena de presuntos delitos y, por ahora, condenas que acumulan hasta 12 años de cárcel. Esta es su foto casi 7 años después de aquel 18 de mayo.

CARLOS FABRA, ex presidente de la Diputación y del PP de Castellón. Tras años de procesos judiciales interminables, fue condenado a cuatro años de prisión por cuatro delitos contra la Hacienda Pública en noviembre de 2013. El pasado mes de abril abandonó la prisión madrileña de Aranjuez en aplicación del tercer grado que se le concedió y que ha sido recurrido por la Fiscalía.
JOSÉ JOAQUÍN RIPOLL, ex presidente de la Diputación y del PP de Alicante. Tras casi siete años de instrucción fue procesado por cohecho, fraude y tráfico de influencias en el llamado caso Brugal, que investiga la posible manipulación del concurso de la gestión de los residuos de la Vega Baja en favor del empresario Enrique Ortiz a cambio de dádivas.
ALFONSO RUS, ex presidente de la Diputación y del PP de Valencia. Según el sumario del llamado caso Imelsa (también conocido como operación Taula), Rus pertenece a una "organización criminal". El poderoso líder del PP provincial está imputado por la contratación irregular de trabajadores a través de Imelsa "sin desempeñar actividad laboral alguna".
ALBERTO FABRA, ex presidente de la Generalitat y ex alcalde de Castellón y senador del Partido Popular. Sustituyó a Camps en 2011 tras la dimisión de este por su implicación en el caso Gürtel y dejó la Generalitat en 2015 sin imputación alguna pero derrotado, él sí, por las urnas.
SONIA CASTEDO, ex alcaldesa de Alicante. Está imputada por cohecho, tráfico de influencias, prevaricación y uso privilegiado de información en el caso Brugal, que investiga su particular amistad con el empresario Enrique Ortiz. Acosada por la inagotable corrupción de su Ayuntamiento, dimitió en vísperas de la Navidad de 2014 a través de su cuenta de Facebook.
RITA BARBERÁ, ex alcaldesa de Valencia y senadora del PP. Parecía el último refugio de honradez del PP valenciano. La alcaldesa de España, el símbolo del partido, la amiga de Rajoy. Su desalojo del Ayuntamiento de Valencia dos décadas después publicitó el principio del fin de un reinado que llevaba tiempo podrido por dentro. El estallido del caso Imelsa fue expandiendo una mancha de sospecha sobre toda la administración valenciana que ha acabado señalando a Barberá. El Tribunal Supremo ha resuelto abrir una investigación penal a la senadora del Partido Popular por un presunto delito de blanqueo de capitales en su etapa de alcaldesa de Valencia.
RAFAEL BLASCO, ex conseller de la Generalitat y ex portavoz del PP. Posiblemente el político ?valenciano más influyente en los últimos 30 años. Fue conseller con todos los presidentes salvo Fabra, incluido el socialista Joan Lerma, que se deshizo de él tras un primer caso de corrupción que Blasco logró anular. Blasco está hoy en prisión condenado a 8 años de por malversación, prevaricación y falsedad en el caso Cooperación, que investigó el desvió de ayudas en teoría destinadas al Tercer Mundo.
FRANCISCO CAMPS, ex presidente de la Generalitat. Ha sido en teoría el responsable político de la gestión de todos los antes mencionados, sin embargo, Camps logró siempre esquivar el banquillo. Fue juzgado y absuelto por los supuestos regalos de la trama Gürtel y, de momento, sigue lejos de ser acusado por la presunta financiación ilegal de su partido. La única causa que le acorrala hoy es la de la gestión de las carreras de Fórmula 1 en Valencia. El ex presidente está imputado por malversación y prevaricación.