Caso Antonio Rubio, periodista de El Mundo:
1. Da una información sobre el 11-M que se demuestra cierta.
2. Es evidente por tanto, que no había delito en su actuación.
3. La Fiscalía por esta información, pide tres años de cárcel.
4. El periodista, obviamente, es absuelto.
5. Al Fiscal que acusó falsamente a este INOCENTE, no le pasa nada, ni tampoco a su superior, Cándido Conde Pumpido. ¿Por qué? ¿Por qué sale gratis pedir la cárcel para un INOCENTE, con dinero de todos los españoles?
¿Qué pasa? Que la Fiscalía y el PSOE están a lo que están. Y mientras pierden el tiempo, persiguiendo la libertad de información, se les escapa Troitiño, De Juana sale en libertad y los jefes del PNV son condenados por colaborar con ETA, al no disolver Batasuna, pero no gracias a una Fiscalía fuerte, campeona en la lucha contra el delito, y defensora del principio de legalidad. No: la Fiscalía desierta de su persecución del delito y éste delito que es evidente que se produjo, habría quedado impune si no hubiera sido por la providencial actuación de la denostada acusación popular, de los odiados campeones contra la corrupción de Manos Limpias, que hizo lo que tenía que haber hecho y no hizo la Fiscalía: perseguir delitos que evidentemente se cometieron y no desertar.