Y la S inicial es de los separatistas, que son, desgraciadamente, parte del régimen.
Los sueldos de los altos cargos parece que están hinchados. De momento, los españoles pagamos al PSOE a través de los altos cargos. Esto se debe a que un alto cargo socialista está obligado estatutariamente a entregar el 10% al PSOE. Este alto cargo, naturalmente, es militante.
No sé si el PP hace lo mismo, pero no tengo por qué suponer que con el PP vaya a ser distinto. De modo que el Estado autonómico, la sobredimensión del sector público, supone una gran ruina para la ciudadanía y un enriquecimiento absolutamente inmerecido para el sector público.
Y ahora piénsese lo siguiente: unos partidos, unos aspirantes a jueces del TC. Es de suponer que se reúnen en un lugar discreto, y que visto lo anterior, haya de todo: maletines, sobres, etc. Porque lo que NO es en absoluto creíble es que los nombren así, a cambio de nada. Ni que los favores políticos, como conceder cursos y cosas por el estilo, se hagan a cambio de nada.
Aquí se ve la unión entre Autonomías, despilfarro, crisis y corrupción. Empleo aquí este término, no como sinónimo de actividad delictiva, sino como sinónimo de actividad deshonesta y gravemente perjudicial para el erario público, que proporciona ganancias a todas luces inmerecidas. Claro, claro: cristalino. Una parte de la crisis se debe a la corrupción que nace del Estado autonómico y de la sobredimensión del sector público.
Es una ruina, es una estafa intelectual escudarse en la defensa de lo “público”, para defender lo que no son sino auténticas cacicadas. Es una ruina, es un fraude, pero sobre todo, es una indecencia mayúscula.
¡Y cuándo pienso que hubo épocas austeras, en las que por ejemplo Carrero Blanco vivía en un piso alquilado y lo comparo con los palacios sindicales, logrados a costa de nuestro dinero!
