Señores/as : Estamos de enhorabuena: ha comenzado la temporada de caza mayor. El club de caza sueña con llevarse a casa la madre de todas las piezas : la hermosa coleta de Pablo. Lo quieren vivo o muerto. Las primeras balas caen en saco rato: que si ETA, que si populista ...Han organizado una montería de verdad, y ante la sorpresa general, los primeros cazadores, son cada vez más rabiosos/as ante su propio síntoma de descomposición. Tienen licencia para disparar contra Podemos, un partido joven, enérgico y locuaz precisamente por denunciar las injusticias que ellos no tuvieron el valor de hacer. No tengo intención de unirme a los numerosos analistas que se han apresurado a descalificar, o directamente atribuir carácter criminal, la flamante formación PODEMOS porque los ven como una amenaza contra el mono partidismo que hace más de treinta años que sostiene “el Statu quo” del que viven estos mismos opinólogos. Pero tampoco hago cuentas de unirme al corazón, no menos numeroso, de voces que se han apresurado a saludar con entusiasmo el partido que lidera Pablo como la gran esperanza de la regeneración democrática.
Soy del colectivo, quizá más discreto y poco lucido, que se confiesa sorprendido ( no preocupado ni exultante, sino sorprendido ) por el fenómeno que protagoniza este nuevo partido, y que está a la espera de más noticias, desde una actitud a medio camino entre la expectación y la reserva. Expectación, porque no puedo ocultar que me alegra el susto que Podemos ha causado tanto al PP como al PSOE, y porque me alegro en principio que, puestos a buscar alternativas a los partidos tradicionales, aparezca una formación con principios progresistas y democráticos, en lugar de una de esas propuestas de extrema derecha ( la práctica de tiro en la nuca ). Y reservas, porque no dejan de parecerme inquietantes algunas señales emitidas por Podemos.
P.S. El Club del mamporro corren el riesgo de matarse entre ellos/as.