Pregunta 1
“Yo Sancho, por la gracia de Dios rey de los aragoneses y pamploneses, os hago público a todos los hombres que hay hasta el oriente y el occidente, el septentrión y el mediodía, que Yo quiero constituir una ciudad en mi villa que se llama Jaca. Primeramente os condono todos los malos fueros que tuvisteis hasta este día, en que yo establecí que Jaca fuese ciudad. Y por ello, porque Yo quiero que esté bien poblada, os concedo y confirmo a vosotros y a todos los que poblaren en Jaca, mi ciudad, todos los buenos fueros que me pedisteis para que mi ciudad esté bien poblada….” (Fuero de Jaca, concedido por el rey Sancho Ramírez, 1063).
Pregunta 2
“Si rey Alfonso V en el año 1428 en la villa de Murviedro. Queriéndonos mostrar graciosa y benignamente con los que de aquí en adelante sean convocados a las Cortes que sean celebradas a los regnícolas y habitantes de dicho reino de Valencia, con voluntad y consentimiento de la Corte establecemos y ordenamos que los que sean llamados a Cortes, o alguno de ellos no sean ni puedan ser reputados contumaces, sino que se les espere tres veces de gracia: las cuales se hagan de cuatro en cuatro días, de modo que duren doce días”. (Furs de Valencia 1,3,120).
Pregunta 3
“Debedes saber, que villas e logares ha en Castilla que son llamados behetrías. Unos ha que son llamados behetrías; unos ha que son llamados de mar a mar, que quiere decir, que los vecinos e moradores en los tales logares pueden tomar señor a quien sirvan e acojan en ellos qual ellos quisieren, e de qualquier linaje que sea: e por esto son llamados behetrías de mar a mar, que quiere decir, que toman señor si quier de Sevilla, si quier de Vizcaya o de otra parte. Otros logares de behetrías son que toman señor de cierto linaje, e de sus parientes entre sí: e otras behetrías ha que han naturaleza con linajes que sean naturales dellas, e estas tales toman señor de estos linajes qual se pagan: e dicen que todas estas behetrías pueden tomar e mudar señor siete veces al día; e esto quiere decir, quantas veces les pluguiere, e entendieren que las agravia el que las tiene…” (Crónica de Pedro I, año 1351, cap. 14).