Pocos han ido al hospital. Algún valiente habrá ido a ver si estaban o no colapsados y habrá visto lo que haya visto. Habrá lugares que sí y lugares que no, pero es lo de menos. En mi ciudad, en mi provincia no están colapsados, pero como digo es lo de menos.
Lo que importa es que van y no reciben visitas de ningún ser querido, ni pueden salir ni al patio del hospital, a menos que fumen. No pueden salir a tomar aire, y tienen que estar todo el rato con mascarilla. No sé si en la habitación también, espero que no, pero no lo sé. Entonces claro: tener ciertas dificultades para respirar ya es de por sí malo. Se puede soportar unos minutos, tal vez unas horas, pero... ¿todo el santo día? Y hablo en el caso menos malo. En el caso de que las mascarillas no llevaran ninguna sustancia. La cuestión es que además de todo eso, llevan algo que es parecido a insecticida, si no insecticida. Imagínense: 1, 2, 4, 6, 8, 14 horas respirando insecticida por nariz y boca. ¡Qué salvajada! Luego tosen, tienen problemas respiratorios y se apunta que es coronavirus, porque la teoría es que si tienes tos y problemas respiratorios, tienes coronavirus. Claro, es horrible. Los sanitarios lo hacen con buena intención, porque ellos a su vez, la llevan. Luego también toserán y tendrán problemas respiratorios y también dirán que es coronavirus.
Lo peor es esto: supersticiones de la mente contra la sabiduría del cuerpo. Pues esto es serio: la superstición mata. ¡Cuidado! Mucho cuidado.