Totalmente de acuerdo contigo. Qué justicia es ésta que manda a la carcel a un hambriendo por robar un pan, mientras homicidas, maltratadores, estafadores, terroristas... deambulan tranquilamente por las calles. O como el caso de Fernando, padre de Miriam, una de las niñas asesinadas de Alcacer, que estos días se sentó en el banquillo de los acusados por difamar contra el Ministerio Fiscal. Arrepentido y destrozado, es justo que se siente en el banquillo de los acusados después de perder su hija, su patrimonio y en general toda una vida? Hasta dónde es capaz de llegar la justicia y hacer daño al que ya de por si está condenado por las propias circunstancias de la vida?
La cosa se agrava cuando encima el asunto versa sobre menores, inocentes en todo este caso en el asunto de que se trate, y que no tienen ni la capacidad ni los medios para defenderse por si mismos. El máximo tacto se debe de tener con ellos y no ser tratados como un expediente más.