El problema no son solo las denuncias falsas, que hay muchas, sino todo lo que rodea los procesos de la dictatorial ley e violencia de género: las trabajadoras sociales, las unidades forenses de valoración, las psicólogas, los equipos directivos de los colegios, institutos, etc, ocupados por mujeres. Si os fijáis, la mayoría de las personas, por no decir todas, que se ocupan profesionalmente de la llamada neciamente violencia de género, son mujeres. ¿Cree alguien que son imparciales?¿Cree alguien que hacen ciencia en lugar de ideología? Los que lo conocemos de cerca nos escandalizamos aun más de la labor de zapa que hacen esas infames que de las propias denunciantes en falso. Es todo un entramado feminista que en principio ya otorga veracidad y "razón" a la mujer, a la espera de que la jueza confirme sus prejuicios.
Como despedida os diré que la abogada con la que hice las prácticas del acceso a la abogacía, hace dos años, ponía denuncias falsas, y que cuando vio que yo me portaba limpiamente y que no estaba dispuesto a entrar en esos juegos repugnantes, me dijo tan ancha que ya no iba a hacerlo más y que iba a portarse más legalmente en el futuro. Llevaba 30 años ejerciendo. Os podéis imaginar la sensación que tengo cuando oigo que no hay denuncias falsas...