Felicito al que defendió antes la pena de muerte, por la capacidad reflexiva, por la capacidad de cambiar de opinión, según se le vayan mostrando las cosas como son, etc.
Con todo a día de hoy, creo estar a favor de la pena de muerte. Y digo “creo”, porque no sé hasta qué punto eso se debe a la desmoralización que produce la impunidad de los criminales. Y es que en el caso del terrorismo, está demostrado que lo que no mata, engorda. En cuanto a lo de que la pena de muerte no provoca un efecto disuasorio, sí que lo provoca. Lo provocará cuando su establecimiento sumado a la eficacia policial, generen en el criminal en potencia, la certeza de que no quedará impune. Recuerdo que fui insultado cuando demostré con datos reales que la tasa de criminalidad terrorista, era considerablemente menor durante el franquismo. Pero es que es la pura verdad.