Me uno a los mensajes de ánimo de cara a estos inminentes exámenes pero como llevo todo el día estudiando y necesito desahogarme me permito daros un pequeño consejo.
No se os ocurra, repito, ¡no se os ocurra! preparar en el verano una asignatura troncal para septiembre y si es derecho penal II, menos.
Estoy exhausto. Los he contado y me salen a aprender 200 tipos delictivos en algo más de seis semanas intensivas de estudio. Es superior a mí y eso que me gusta el derecho penal.
No he podido disfrutar como me hubiera gustado de los juegos olímpicos de Londres ya que siete horas diarias de mis vacaciones se han ido hacia los bienes jurídicos, conductas delictivas, sujetos activos y pasivos, supuestos agravados, etc, etc, etc. y todo, ¿para qué?
Pues para que a falta de siete días para pasarme más de cuatro horas en el potro de torturas que suponen los asientos del aula donde nos examinamos esté con una melopea mental de aupa. Por supuesto, no me sé ni el veinte por ciento de la materia y lo que es peor, la ansiedad comienza a pasar factura en forma de insomnio, irritabilidad, desgana y falta de motivación.
Y no quiero ni pensar en lo que me puede suponer la matrícula por tercera vez de la asignatura gracias a las mentes lúcidas que nos gobiernan que entienden que los estudiantes que se matriculan pero no se presentan, es decir, que técnicamente no han suspendido, merecen un castigo económico por intentar mejorar su formación personal y académica. Gracias señor Wert.
En fin, acabo ya. Si os dejáis algo para septiembre que sea cuatrimestral para poder disfrutar del verano mientras el sol y la playa sean bienes jurídicos disponibles para cualquiera aunque mucho me temo que nuestros gobernantes deben estar también pensando en gravar su uso.
Como me dijo un amigo el otro día, Santi, has cometido un CRASO error este verano. Que no se repita.