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Autor Tema: Pedro Sánchez es la Reina de Corazones: críticas en el PSOE por su autoritarismo  (Leído 247 veces)

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“No sólo hacen adeptos los partidos con sus doctrinas, sino con los buenos ejemplos y la recta conducta de sus hombres”. Con esta cita de Pablo Iglesias (el fundador del PSOE) arranca la página de Facebook del nuevo e incipiente movimiento de militantes socialistas “Las bases decidimos”. Dicen luchar por la “democratización” del partido tras el golpe del Congreso en el que se eligió a Sara Hernández y se defenestró a Antonio Miguel Carmona.

Dicho de otro modo: van contra el presunto autoritarismo mostrado desde Ferraz por Pedro Sánchez. Y prometen guerra en otoño: “Por nuestra parte no va a haber tregua hasta las Generales”, asegura a Vozpópuli Javier de los Nietos, alcalde de Boalo, creador de la iniciativa, y responsable del PSOE-M en El Boalo, Cerceda y Mataelpino. “El aparato lleva marcando los tiempos más de un año: ahora hay que hacer esto, ahora no, ahora te pongo un candidato…”. En su manifiesto dicen que hay que romper ya con “las estructuras endogámicas de poder y los bloques de control que dejan al margen a gran parte de la militancia”.

Nadie cree que los irritados de Madrid o los críticos a nivel nacional vayan a quitarle la silla a Sánchez en los duros meses políticos que se avecinan. Todos prometen trabajar por la victoria socialista. Pero que no haya ni masa crítica ni tiempo para el recambio no significa que la dureza del secretario general no esté haciendo mella en su reputación interna. Tras ordenar que le “cortaran la cabeza” a Tomás Gómez primero y a Antonio Miguel Carmona después, parece haber conseguido domeñar un partido, el madrileño, que estaba descontrolado; pero al mismo tiempo se está ganando fama de mandarín, de arbitrario, de llevar a cabo “ejecuciones” caprichosas como aquellas de la Reina de Corazones en Alicia en el país de las maravillas.

“Yo creo que algo de razón llevan los que subscriben ese análisis”, dice un histórico socialista del PSOE que prefiere hablar de forma anónima. “Se ha constatado el giro hacia a unas formas autoritarias, en unos procedimientos en los que brilla por su ausencia la democracia interna; no se puede resolver todo a golpe de ‘estatutazo’”. En algunos casos, admite, podría incluso haber motivos razonables, como en el de Tomás Gómez. Pero “eso que parecía coyuntural, justificado por la cercanía de las autonómicas, se ha consolidado como actitud tras la destitución de Carmona”.

Más duro públicamente ha sido Joaquín Leguina, el verso suelto del PSOE: “Lo que está ocurriendo en mi partido no me está haciendo gracia ninguna” –dijo hace unos días en la Cope. “Como que se tomen decisiones tan drásticas durante las vacaciones, en verano, sin dialogar si quiera. La autoridad no se exhibe, se tiene o no se tiene”, concluye el histórico socialista en relación a Sánchez. “En Madrid se están comportando de mala manera, porque todo el mundo sabe que Sara Hernández es peón negrera (sic) de Ferraz, no sé si de Cesar Luena o de Pedro Sánchez”.

La defenestración de Carmona ha dolido especialmente porque fue hecha con nocturnidad, alevosía y aprovechamiento despoblado: un dos de agosto, con Madrid casi vacío y los militantes de vacaciones. Ahora, el socialista que pudo ser alcalde, se prepara ya para dejar los lujos de la portavocía, desde el coche oficial hasta el despacho preferente en Mayor 71. Y deja claro en los platós de televisión que le consta que en la sede del poder socialista se han arrepentido, porque temen la inestabilidad que puedan provocar los carmonistas.

¿Y Andalucía? Lejos queda ya aquél momento histérico en el que los analistas políticos aseguraban que el prodigio andaluz de Susana Díaz iba a acabar con la falta de carisma de Sánchez. Eso no ha ocurrido. Él está afianzado y ella centrada en el gobierno de su Comunidad Autónoma. Se llevan mal, eso sí. De hecho ni se han visto este verano, a pesar de que él ha pasado unos días en la región.

La tensión que provocan estos asuntos internos en Ferraz quedó plasmada la semana pasada en el Congreso, cuando Antonio Hernando le afeó a una periodista el haberle preguntado por la impugnación del Congreso del PSOE-M. Hernando había ido a hablar de su libro: de la reunión de Jorge Fernández Díaz con Rodrigo Rato.

Pero los periodistas han insistido, y el tema ha perseguido a Sánchez en sus escasas comparecencias del estío: “la secretaria general [del PSOE-M] ha sido elegida por el voto directo de la militancia, y la dirección por el voto directo de los delegados. Así que lo que tienen que hacer todos y cada uno de los militantes del PSOE de Madrid es ponerse a trabajar desde las posiciones que decide una dirección legítimamente elegida”. Él no ha atendido este jueves las peticiones de réplica de este diario.

Sánchez, de momento, tiene el control, el poder y la presencia mediática necesaria para llegar hasta las próximas elecciones, e incluso para eventualmente gobernar el país con el voto de investidura de Ciudadanos, Podemos o los grupos minoritarios del Congreso. Pero tiene solo una oportunidad: si no gana, en el Congreso de primavera del PSOE (probablemente en febrero), tendrá muchos enemigos pidiendo su cabeza. La cabeza de la Reina de Corazones.