Café, mucho café.
No hay truco del almendruco. Es cuestión de controlar las horas necesarias que tienes que dormir para poder estudiar con claridad, ayudándote con la milagrosa cafeína. En mi caso, con unas 5 horas funciono decentemente. Algún día una siesta para reponer y listo. La motivación para adaptarte a estos horarios, te la dá, amen de las ganas de superar los objetivos, el niño, la mujer, la familia, amigos, las visitas, el teléfono y demás compromisos que normalmente se producen por el día (en la biblioteca se rinde más). El trabajo en fechas de exámenes, es un gran escollo, que se supera gastando parte de las vacaciones, cambios de turno, días que debes si puedes y que se recuperan tras los exámenes etc. Y en la marcha normal del cuatrimestre, horarios parecidos pero más suaves.
Es un conjunto de ganas y malabares de planing. Y claro está, la curva de rendimiento diario de cada cual (que tiene un nombre técnico que no recuerdo), en el que unas personas rinden más por las noches y otras por las mañanas, cuestiones biológicas.
La cuestión es que cada cual a su marcha, saquemos las horas necesarias para aprobrar todas, "cada maestrillo tiene su librillo" y todos están bien si se llega donde se quiere.
Un saludo.