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Autor Tema: Arde Cataluña en 2019 como Asturias en 1934.  (Leído 1665 veces)

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Arde Cataluña en 2019 como Asturias en 1934.
« en: 19 de Octubre de 2019, 18:55:45 pm »
Los antifranquistas que hoy nos gobiernan no son demócratas. Son una alianza de totalitarios y separatistas que persiguen destruir la democracia, destruir la libertad y destruir a España. Y son los mismos totalitarios y separatistas que destruyeron la república entre los años 1931 y 1936, destruyeron la legalidad republicana, provocaron un genocidio de católicos, y si ese genocidio no fue a más y si no llegaron a destruir España, fue porque Franco los derrotó en la guerra Civil. Una guerra civil que Franco no provocó. El único crimen que se puede achacar a Franco en la guerra civil, fue el de haberla ganado. Por cierto, en esa guerra no perdimos todos, los únicos que perdieron fueron los enemigos de España. No fue en modo alguno una tragedia, fue la última oportunidad para evitar la destrucción de España, su cuarteamiento y la imposición de una tiranía soviética, que habría provocado un genocidio de millones de personas.  Fue el inicio de un proceso de regeneración institucional, donde se pudo hacer justicia a los sádicos criminales que gobernaron antes de Franco. Gracias a eso se pudo lograr ya en los años 40, una reconciliación entre los españoles, extinguiéndose los odios que habían provocado la guerra entre los españoles.
Hoy esa alianza de totalitarios y separatistas quiere imponer un relato de la Guerra Civil y del franquismo, mediante la ley de memoria histórica. Pretende privar de honores a los vencedores de la guerra civil, mediante sentencias de ” jueces” de secta, de “jueces” de partido, de “jueces” de bando, que pretenden condenar simbólicamente a Franco, que no provocó la guerra civil, simplemente por el hecho de haberla ganado. Unos “jueces” de secta, unos “jueces” de partido, que aplican una ley de memoria histórica, que saben perfectamente que es inconstitucional porque trata de imponer la versión socialista de la guerra civil y el franquismo. Y unos “jueces” de secta, que han exonerado a los separatistas catalanistas, igualmente antifranquistas de un delito de rebelión, a sabiendas de que ese delito se ha cometido. El resultado de esa justicia inversa, salta a la vista: hoy arde Barcelona, como ardió Asturias en 1934, dando comienzo la guerra civil. Ellos, con su sentencia indulgente, son los que han encendido la mecha en Cataluña y van camino de encenderla de nuevo en toda España. En 1934, el PSOE se alzó en armas contra el gobierno legítimo de Lerroux y Gil Robles, por haberlos derrotado en las elecciones de 1933. Entonces, los jueces procesaron al cabecilla de la revuelta y líder del PSOE, Largo Caballero y lo absolvieron por falta de pruebas, cuando era evidente que era el jefe. Nunca lo disimuló y además se encontraron alijos de armas suficientes para haber detenido a toda la dirección del PSOE.
Y el fruto de esta indulgente sentencia ya lo conocemos: el PSOE se rearmó. Desde la presidencia de la república se boicoteó al gobierno legítimo. Y para evitar una reforma constitucional necesaria, se convocaron unas elecciones que no debieron convocarse, y que resultaron ser fraudulentas. El Frente Popular tomó el poder sin esperar a que finalizara el recuento, que de hecho nunca finalizó. Un recuento que fue interrumpido por la extremada violencia de los partidarios del Frente Popular. Después de eso, ya en el poder, el PSOE se dedicó a la eliminación física de sus oponentes, especialmente falangistas. Ante el terrorismo socialista, vino en legítima defensa, el contraterrorismo falangista. Finalmente, el asesinato de Calvo Sotelo por los socialistas, llevó a la reanudación de la guerra civil, iniciada por el PSOE en 1934.
Hoy se repite 1934. Y si no se detiene esta escalada de prevaricación institucional y terrorismo callejero, tendremos otra guerra civil.

La madurez, el talento y la sabiduría no tienen ni edad, ni sexo, ni jerarquía.