De mentira, nada.
1. Es un hecho incontestable que, por una serie de cuestiones que ya he citado sobradamente y están a disposición del gran público, la legitimidad en la guerra civil, correpondió íntegramente al bando alzado.
2. Es un hecho incontestable que, al salir de la guerra civil, Franco libró a España de la guerra mundial con su neutralidad, venció el bloqueo, el juanismo y al maquis, siendo amenazas formidables cada una de ellas por separado, y no digamos todas ellas juntas. Pues bien: Franco venció todas esas amenazas, para bien de España.
3. Es un hecho incontestable que, en la década de los 60, España, gracias a Franco obtuvo la mayor prosperidad real nunca antes vivida y que jamás volveremos a tener. Esto se reflejaba en la seguridad en las calles, seguridad en las casas y seguridad en el trabajo, en abierto contraste con la sociedad irrespirable de hoy en día.
4. Es un hecho contrastado, que la España de Franco dio a los españoles, (con duro trabajo, todo hay que decirlo) unos derechos sociales, una paz social y una clase media como nunca antes tuvimos y nunca más volveremos a tener. Hablo de coches, casas grandes en propiedad a crédito barato, universidades laborales, infraestructuras hospitalarias, múltiples ayudas familiares que se añadían al sueldo, impuestos y precios bajos, austeridad, un turismo de calidad y no como el de los hooligans, segunda casa para veranear, etc. DE LUJO. Un paraíso comparado con la España de 2019 y no digamos ya, con esta sociedad irrespirable de hoy en día.
5. El paquete entero de recetas concretas del franquismo es irrepetible, no así la prosperidad de entonces, al menos teóricamente. No lo sería si se fortaleciera la democracia, si se reconociera que fue igualmente un legado del franquismo y si se pusieran en práctica algunas medidas del franquismo. Especialmente las socioeconómicas, que si no se ponen en práctica, se debe únicamente a una especie de terror existencial de la actual partitocracia antifranquista, contaminada por mitos y prejuicios, como la sociedad. No podrían soportar poner en práctica ciertas medidas sociales típicamente franquistas, no porque no sean buenas para la sociedad, sino por venir de quien vienen.