Hay dos tipos de desigualdad de los hombres en su nacimiento:
- Una natural, motivada por motivos genéticos y otros factores ambientales poco conocidos (...).
- Otra segunda es la desigualdad por el entorno social y económico en que nacemos (...).
La clasificación es errónea, puesto que el segundo tipo ya lo incluyes en el primero. Creo que lo que quieres decirew es que hay dos tipos de desigualdad: la
natural (o genética, o innata, o como quieras denominarla) y la
ambiental (o cultural, o social, o como se quiera).
En realidad, el debate es algo más complejo, puesto que las determinaciones biológicas (genéticas) no pueden comprenderse sin recurrir a las ambientales. Dicho de otra manera, es un falso dilema. Genética y ambiente son dos caras de una misma moneda.
Rajoy, en el artículo, acepta implícitamente tal dilema, y se decanta (cómo no) por el determinismo genético. Lo hace literalmente así:
El hombre, después (de la fecundación), en cierta manera nace predestinado para lo que habrá de ser.
No hay ninguna ambigüedad en el tenor de tal aserto. El reto del artículo es coherente con esa afirmación.
Con respecto a esto que escribes:
Los socialistas marxistas en su origen proemtían una sociedad sin jerarquías ni diferencias económicas, que el tiempo ha demostrado utópicas.
Por el contrario el Estado social moderno lucha contra las desigualdades sociales de base para garantizar la igualdad de oportunidades, no para conseguir una sociedad en que todos seamos idénticos.
En mi opinión el fracaso del socialismo de estado se debe a varios factores. Dos de ellos (la limitación de la libertad personal, y la falta de incentivos laborales) puede que tengan que ver con la crítica que Rajoy dirige hacia ese modelo económico (que, por cierto, sólo de manera demagógica se puede imputar el PSOE de los años 80...). La igualación en materia educativa (en todo caso, tan eficaz en el bloque del este como aquí) de ninguna manera.
Es un tema espinoso.