Hoy he recibido otra carta "de amor" de Bankia, antígua Caja Madrid. Desde que se ha producido la unión de cajas capitaneada por Rodrigo Rato, es que no gana uno para sustos. Primero me dicen que como no mantenga en cuenta más de 2.000 euros me cobran 30 pavos de comisión, ahora no recuerdo si semestral o trimestral. Bueno, ya no son una Caja y se acabó la caridad. Pero es que hoy recibo otra en donde se me dice que si no me molesto en escribir a la dirección tal o llamar al teléfono cual identificándome y negándome a que faciliten mis datos, se los darán a todo cristo para que me acribillen (ya lo hacen de todos modos) con todo tipo de ofertas de día y de noche. Vamos a ver, señores ¿no debería ser al contrario?. Si uno facilita sus datos a una entidad es para la identificación del contratante, no para otra cosa. Me parece muy injusto que se exija una declaración negativa. Debería presumirse que el consumidor-cliente no quiera ser molestado a no ser que manifieste lo contrario de manera expresa e inequívoca.
Me tienen harto: jazztel me llama día si y día no. Gente inaudita que, en lugar de identificarse e identificar la llamada como comercial (a lo que obligan las leyes del BOE y las elementales de la educación) lo primero que hacen es preguntarme si me llamo fulano de tal. Me llaman hasta robots, cosa terminantemente prohibida por la LGDCU, en fin, un abuso.
Mientras tanto, científicos españoles descubren una vacuna contra el SIDA con más de un 80% de efectividad y se quedan sin presupuesto. ¿Álguien entiende algo? Señores prestamistas y vendedores agresivos: patrocinen cosas buenas como éstas y dejen de molestar. No es necesario que la publicidad tenga siempre que consistir en mentir descaradamente o poner la letra pequeña circulando en los anuncios más deprisa que Fernando Alonso . Ya está bien.
