Españoles:
Pepe, Lola, Manuel, Isabel y tantos otros. Tú que vas con mascarilla, que miras cabizbajo al suelo, que no sabes qué va a ser de ti, de tu ciudad, de tu país o de tu planeta. Tú qu
e piensas que el coronavirus ha sido consecuencia de una estúpida fatalidad, incluso de un descuido del Gobierno ante una estúpida fatalidad. Tú que te asustas, cuando ves a cinco padres y cinco hijos, disfrutando de un día de sol, tú que te indignas de que otros no cumplan la cuarentena, tú que te enfadas cuando ves que la gente va por la calle sin mascarilla…
¡¡No hombre, no!! ¿Dónde vas con esa teoría? Nada pasa por casualidad, todo tiene un sentido profundo, un por qué y un para qué. ¡Despierta! ¡Quítate el velo! Sécate las lágrimas, alza la cabeza, respira profundo y mira lejos, hasta perder la vista en el infinito. Y cuando hayas perdido la vista en el infinito, mira a tu interior. ¿Qué pasó antes? Ni fue una estúpida fatalidad, ni fue tampoco una conspiración. Aunque pudo haber algo de eso, agotar la explicación en eso, tiene las patas muy cortas, porque es mentira.
¡Piensa, siente, respira, sonríe! ¿Qué pasaba antes? ¿Acaso no había una contaminación que amenazaba y amenaza seriamente la supervivencia en el Planeta? ¿Acaso el hombre no había desarrollado una voracidad inmisericorde con su propia especie y con otras especies? ¿No había un problema de comida basura que estropeaba tu organismo? ¿No ibas al trabajo un día, sin saber si volverías al día siguiente? ¿No ibas con prisas a todas partes? ¿No necesitabas mucho y lo mucho que necesitabas, lo necesitabas mucho? ¿No pensabas aterrado que cuando mueras, esto se acabó? ¿No pensabas que cuando muriera tu madre o tu hijo, no los volverías a ver jamás? ¿No creías que Dios otorgaba gracias, que esperabas y nunca veías realizadas? ¿No creías acaso que Dios era algo externo a ti? ¿No creías en el poder de tu acción para mejorar el mundo y esperabas que el mundo mejorase sólo, sin tu concurso? ¿No pensabas que cada acción individual, sobre todo la tuya, es irrelevante? No veías que Dios no existe fuera de nosotros, y que todos nosotros somos parte de Dios, que es el todo. Pensabas que el mundo se movía sin un propósito, sin una finalidad, sin una inteligencia. ¡Y eso explica el por qué ha explotado todo esto! Cada cosa pequeña contaba y cuenta, cada cosa pequeña negativa, ha hecho una bola de nieve y esa bola de nieve se ha hecho más y más grande, hasta que finalmente ha caído por el precipicio y se ha roto en pedazos. Esto es lo que ha pasado realmente.
Y la clave de todo es el miedo a la muerte: ¿por qué tienes miedo a la muerte? ¿Porque eres malvado? ¿Porque eres tonto? ¡¡No hombre, no!! Porque vives con la presión de que crees que cuando mueras, se acabará, que tus padres o tus hijos, nunca te volverán a ver, de que no habrás realizado x cosas, muchas que te proponías, y que por tanto tu vida no será sino un fracaso, un desperdicio, una estúpida fatalidad. Sí, ¡estás enfermo porque tienes miedo! Y ¿por qué tienes miedo? ¡Porque no comprendes! Es tan sencillo y tan complicado como esto. Es el miedo el que te hace más vulnerable a las enfermedades: lo que temas, pasará.
Vivirás un tiempo, después morirás física, pero no espiritualmente. Por supuesto no podrás aprender ni el 1% de todos los misterios infinitos que hay, ni podrás hacer el 1% de las cosas que te habías propuesto, pero podrás y seguramente, cuando mueras, serás mejor que cuando naciste, cuando mueras, te llevarás una sorpresa: los seres queridos que creías haber perdido para siempre, los encontrarás de nuevo en el plano de luz, y volverás a nacer. Y en la próxima vida aprenderás parte de lo que no pudiste aprender en esta vida, y los seres queridos que te acompañaron en ésta, los que te dejaron y aquellos a los que dejaste, volverán a acompañarte en la próxima vida.
¡Libérate, sonríe, siente, respira! Quítate el velo, despójate de la superstición, de tus ansias y necesidades infinitas, de las prisas, respira el aire, deja que te abrace el Sol, empápate por la noche de la belleza de la Luna, mira las estrellas, imagina ese lugar perdido de dónde procedes y al que un día volverás. En ese lugar infinito, donde pierdes la vista están estos seres queridos que se fueron antes que tú. Un día ellos te recibirán. Un día esos seres queridos a los que tú dejes temporalmente, mirarán allá donde estés. Y otro día te tocará recibirlos, cuando ellos dejen este plano y se unan a ti en el otro plano. Un día regresarás a este plano y ellos volverán contigo. ¡No temas! No necesitas ser temerario, sino únicamente tener seguridad consciente.