:-\Sin pretender entrar en discusiones que a veces, más de las que posiblemente sea deseable, terminan rayando lo absurdo y dejando de ser debates para intentar ser imposición de ideas, me pregunto como se sentirán, que pensarán todas estas PERSONAS que se juegan la vida para intentar tener una vida mejor, teniendo en cuenta que muchas veces esa vida mejor supone simplemente el poder comer cada día, cómo se sentirán, decía, al ver frente a ellos y frente a sus esperanzas algo como la famosa “valla”. ¿Quizás que son poco más que una especie de animales irracionales de los que los humanos tienen que defenderse como sea? ¿O quizás hasta que no consiguen pasar no son capaces de sentir nada? Supongo que, desde luego, lo que no se sienten es seres humanos con lo que ello conlleva en nuestra “civilización”. Personas que tienen, por el mero hecho de serlo, unos DERECHOS HUMANOS que se les niegan. Pedimos en grandes manifestaciones que los gobiernos ayuden a los Países Menos Desarrollados, nos cabreamos cuando alguien duda de nuestra solidaridad con los habitantes del Tercer Mundo, ponemos el grito en el cielo y decimos que se nos encoge el corazón y otras lindezas por el estilo cuando vemos en reportajes, si no coinciden con retransmisiones de algún partido de fútbol desde luego, porque si es así que los vean los admiradores de Vicente Ferrer, que nosotros ya apadrinaremos algún niño con cualquier método “acalla-conciencias”, las condiciones de vida de estas gentes. Pero… cuando intentan salir de su miseria, jugándose lo único que tienen, su vida, (poca cosa, claro, es la suya no la nuestra) les ponemos vallas y les recibimos a garrotazos y discutimos acaloradamente si les damos dos hostias o cuatro, ese es el problema, pero por favor que no vengan, que se vuelvan a su miserable “vida”, porque si les dejamos integrarse ¿de quién nos vamos a compadecer? ¿Vamos a compartir con ellos lo que tenemos? Anda ya… ¿Qué más da que la culpa de su situación sea en gran medida de nuestro egoísmo? Seguramente si viesen, que no creo que lo puedan hacer, las grandes muestras de humanidad y solidaridad de las que en nuestros civilizados países hacemos gala, llegarían a nuestras fronteras hasta ilusionados esperando un buen recibimiento, para encontrarse con esta …¿hipocresía? ¿miedo? Desde luego solidaridad no, que a distancia queda muy bonita, pero de cerca es otra cosa. En fin, sólo es un comentario, un inciso en el debate que no pretende generar discusión ninguna, pero quizás si intentáramos ponernos por un momento en la piel de esta gente, quizás hablaríamos menos de medidas represivas y más de medidas integradoras. Al fin y al cabo, no lo olvidemos, son tan personas humanas como nosotros y tienen, o mejor dicho, creo que deberían tener los mismos Derechos y posibilidades, que les son negados por el simple hecho de haber nacido en el lugar equivocado.