hace tiempo que no entro al foro,y he leido varias cosas que no son ciertas ,no he leido todos los post por agotadores pero he visto algunas lindezas como que marruecos no tiene que hacer nada por el autor incredulo y tambien me parecio leer el termino INVASION por el autor shadow ,ni lo uno ni lo otro ,vereis ,marruecos en primer lugar tiene la obligacion de impedir ese INTENTO ,que no invasion shadow amigo y por otro lado no ocurre nada que haga preveer futuros problemas,la ciudad esta muy calmada,la poblacion inmigrante se porta muy bien no deliquen antes al contrario son muy nobles,dicho esto me gustaria colgar un articulo del mundo con el que me identifico plenamente y espero que lo leais,ahi va
Inmigrante rico, inmigrante pobre
30 de septiembre.- Es este un país incomprensible. No lo digo yo, lo dicen los telediarios: mientras los inmigrantes que quieren trabajar en España se matan saltando la valla, a los futbolistas extranjeros les aceleran los trámites para jurar la Constitución en tiempo récord.
Leo Messi es un futbolista argentino de 18 años que ha fichado por el Barcelona. Como no tenía la documentación necesaria para jugar en España, un problema habitual en los trabajadores inmigrantes, los directivos de su club han utilizado sus influencias: Alejandro Echeverría, cuñado del presidente Laporta, "ha agilizado los papeles" para que Messi jure la Constitución "en tiempo récord". De esta manera puede ser español cuanto antes y no ocupar plaza de extrajero. Con dos cojones.
Mientras Messi llegaba a los juzgados, levantaba la manita, juraba ser más español que Manolo el del Bombo y se iba a celebrarlo a un restaurante de Barcelona, cientos de subsaharianos hacían los últimos ajustes a sus escaleras artesanales para intentar saltar una valla y escapar de la miseria. Dos formas distintas de entrar en un país, de ser acogidos, de salir en los telediarios.
El interés de Laporta, nacionalista confeso porque sus jugadores juren la Constitución española tiene su gracia. Pero no mucha, y además ése es otro asunto. Lo que sí resulta curioso es cómo el Estado supo valorar el problema de Ceuta y Melilla, y tomar una decisión a la altura de las circunstancias: subir la valla de tres a seis metros. Ahora, varios muertos después, es el mismísimo Zapatero quien ordena la retirada de las furgonetas de cerramientos metálicos y la llegada del todopoderoso ejército español. ¡Que tiemblen los moros, como temblaron cuando Perejil!