He esperado a conocer más detalles antes de opinar aquí, porque el tema se las trae.
El caso de esta niña ya llevaba muchos meses planteándose, pero los medios ingleses han tenido un comportamiento exquisito, al contrario de lo que hubieran hecho los equivalentes de aquí (plagados de zorrerío, de gentuza y, sobre todo, de ignorantes), ya que han esperado a que hubiera una sentencia antes de llevar el tema a la opinión pública, para no influenciar aquella. La sentencia en cuestión, después de examinar a la niña, ha decidido que su grado de madurez es suficiente como para decidir por sí misma.
Estoy de acuerdo en este caso particular.
Una niña que como esta lleva desde los cinco años soportando un tratamiento contra la leucemia (durísimo) madura mucho más rápidamente que cualquier otra persona. Fruto de esta madurez ha sido el análisis que la misma ha hecho de su situación:
1) Sufrió muchísimo durante el tratamiento continuado de la leucemia. A raíz de ese tratamiento su corazón se vio afectado hasta el punto de que se hace necesario el trasplante para mantenerla con vida.
2) La leucemia que padecía no está curada. Se encuentra en período de remisión simplemente, pero sigue ahí.
3) Este trasplante no garantiza su supervivencia más allá de un futuro corto. Al revés, los medicamentos que de por vida se vería obligada a tomar para evitar el rechazo (como todos aquellos que han sido trasplantados) fomentarán -con una seguridad casi absoluta- que la leucemia progresara de nuevo, obligándola a un nuevo tratamiento. Tratamiento que no puede garantizar la curación.
Hannah, después de ser informada de todos estos pormenores, y en un uso de sus facultades que demuestra muchísima más madurez que la que cualquiera de nosotros tendríamos en su lugar, tomó una decisión: no desea seguir así, puesto que (son sus palabras) no quiere pasar de nuevo por todo lo que pasó y, además, considera que ese corazón serviría mejor a otra persona con más garantías de supervivencia.
Hannah es una heroína y una muchacha admirable. Hay que hacer lo que ella quiera, máxime cuando demuestra que no sólo piensa en ella, sino también en los demás.