Reconozco que es un título algo paradójico, contradictorio y chocante, pero es real.
Desde el mismo momento en que se presentó la denuncia por la Guerra Civil, no había en absoluto materia penal: la responsabilidad se extinguió en virtud de la ley de Amnistía, cosa que por lo demás Garzón lo sabía perfectamente.
Pese a todo, protagonizó un grotesco espectáculo sólo comparable a la gentuza de las cejas que hoy le ha dado su apoyo: "pobre juez acosado."
Pobre juez acosado, que tramitó un expediente de recusación en el caso Liaño sin permitir la comparecencia de la Fiscalía. Pobre juez acosado que tramitó ese expediente durante meses, a pesar de que antes siquiera de empezar a instruírlo dijo eso tan ecuánime de "le voy a freír los huevos a Javier." Pobre juez acosado, que porque González no le hizo Ministro, volvió a la judicatura e intentó meterlo en la cárcel, cosa que habría hecho si no hubiera sido aforado. Pobre juez acosado que cobra millonadas de un banco al que luego le resuelve un asunto. Pobre juez acosado que se hace cargo de un delito de falsedad documental, sabiendo perfectamente que no era de su competencia. Pobre juez acosado, que conociendo perfectamente que no había materia penal, abre una causa general de manera indecente, que cierra hoy por la puerta trasera y sólo para ponerse a cubierto de una querella por prevaricación.
Y aquí tenemos la paradoja del asunto: como lo justo era no abrir la causa y lo injusto era abrirla, resulta que no podrá ser juzgado por esta fechoría, ya que siempre podrá decir que fue a ver el expediente que se le envió y que no estaba muy seguro, pero que cuando vio que no podía proseguir con la causa, la cerró como debía hacerlo. Entonces, ante esto, a la pregunta obvia que se hacen muchos ciudadanos de cómo "no se dio cuenta" de algo tan evidente, siempre podrá decir el TS que evidentemente, los jueces no siempre actúan con la diligencia que sería deseable para los ciudadanos, que sería bueno incrementar la calidad del servicio, que sería deseable que dedicaran más tiempo a la formación, etc. Y como siempre cabrá esa opción, resultará que no se ha cerrado el círculo del delito de prevaricación a pesar de que tales magistrados en su fuero interno no dudan de que Garzón sabía perfectamente que no podía proceder y pese a todo, procedió, dictó un delirante auto de procesamiento, etc.
Podrá disimular todo lo que quiera, pero era perfectamente consciente de que su proceder era absolutamente contrario a derecho.
Lo sabía perfectamente y merece ser expulsado.
