Hace muchos años, en un examen oral, me preguntaron qué era la soberanía nacional y entre los nervios e intentar darme tiempo para pensar solté que nadie sabía lo qué era, porque era una "idea". La examinadora soltó una carcajada me dio por válida la respuesta y pasó a otra pregunta.
Evidentemente no sabía lo que contestaba en ese momento, pero era la verdad. La soberanía nacional es una idea que plasma la constitución actual en una aspiración mezclada entre soberanía Nacional y soberanía popular (la actual expresión soberanía nacional) en la que cada cuatro años cede su representación a un ejecutivo, un legislativo y a los jueces y magistrados. En sí, la propia definición es falsa, porque los ciudadanos no tienen todo el poder ni se les representa a los cinco minutos de tomar posesión los escaños de sus señorías, menos aún los jueces y magistrados que han sido designados, por mucho marco jurídico de su selección y nombramiento, por otros.
Un ejemplo de esto último es que los jueces y magistrados que por ese marco jurídico estaban y están en Tribunales, "juraron" al denominado Movimiento Nacional y a sus ideas defender..., siguieron siendo al día siguiente del año 78, parte de esa "soberanía nacional"
La Constitución se refiere a los Poderes del Estado, pero no establece cuáles son esos poderes, si dos, tres, cinco o el conjunto de todos ellos, ni se deduce de su texto cuáles son.
El arquetipo en la mente que nos inculcan a martillazos, aún hoy por ciertos políticos, nos dice que son tres poderes. Uno de estos ya dejó la política, Rivera. Machacaban este último concepto a las personas por los medios de comunicación y todos los políticos de vez en cuando lo sueltan en sus tonterías habladas, sin que escape alguno, pero no existe tal soberanía nacional que emane del pueblo, aunque se intente fundamentar. Ni existen tres poderes independientes.