Veamos... 8)
Un puesto de trabajo o de responsabilidad debe estar ocupado por quien tenga el mérito y la capacidad suficiente para ejercerlo, con independencia de su sexo. Parece una afirmación incontestable, pero ¿es lo que está ocurriendo? El pasado curso académico, salieron de nuestras universidades un 60,5% de licenciadas mujeres frente a un 39,5% de hombres. En términos generales, el expediente académico de ellas es más brillante y superan en mayor número las pruebas de acceso al empleo público. El mérito y la capacidad existe entre la población femenina, incluso en mayor cantidad.
¿Están las mujeres presentes en el empleo o en puestos de responsabilidad de manera igualitaria y en función de sus criterios?
La tasa de ocupación femenina es del 42,52%, frente al 65,29% masculina (datos EPA); de cada 10 contratos temporales, ocho son ocupados por mujeres; el 78% de los contratos a tiempo parcial es de mujeres; las empresas del Ibex 35 sólo tienen un 2,5% de mujeres en sus consejos de administración; las mujeres representan el 13,7% del total de catedráticos de universidad y el 3% de los doctorados honoris causa; el 70,8% de los empresarios son hombres, frente al 29,2% de mujeres; sólo el 6,6% de mujeres gana más que sus parejas.
Eso sí, el 83% de las personas que cuidan a un dependiente son mujeres; por cada hombre que abandona su puesto de trabajo por razones familiares, lo hacen 27 mujeres, que emplean diariamente una media de cinco horas en el trabajo doméstico, frente a una hora y 37 minutos de los hombres.
Para ocupar un puesto de trabajo o de responsabilidad, a las mujeres no les basta con esgrimir el pasaporte de su preparación. Sólo caben dos alternativas:
1- O ellas aún no tienen mérito y capacidad suficientes, como sostienen algun@s cuando argumentan contra las cuotas, y habremos de esperar pacientemente a que los adquieran, cual cae la fruta madura, eso sí, dentro de algunos siglos.
2- O ellas sí tienen mérito y capacidad, como sostenemos muchas mujeres preparadas en todos los sentidos, y además, y lo más importante, derechos, pero hay razones que explican este curioso diferencial de oportunidades, no menos curioso aunque haya acompañado siempre a la historia de la humanidad.
A simple vista, parece que las mujeres se dedican a sostener diariamente la práctica totalidad de las necesidades de atención que, como conjunto de la sociedad, mujeres y hombres tenemos. Esta circunstancia, que se enmarca en un modelo social patriarcal, que reparte desigualmente roles y poder, se alza como un techo, no sé si de cristal, desde luego de un material difícil de romper.
¿Es necesario intervenir desde los poderes públicos para equilibrar esta desigualdad y por tanto ampliar el disfrute de sus derechos a las mujeres? Sí. No sólo es necesario sino que la Constitución española nos mandata en su artículo 9.2, a promover las condiciones, remover los obstáculos y facilitar la participación. Parece difícil encontrar una mejor fundamentación jurídica a las políticas de acción positiva.
El sistema de cuotas no sólo es legal, es legítimo. Usamos cuotas para todo, de manera natural, sin que hasta ahora nadie las haya cuestionado.
Las usamos en los partidos políticos, en las empresas, en las propias familias. Cuando por ejemplo, un partido político elabora una lista electoral suele cambiar algunos de sus miembros (cuota de renovación), suele presentar personas de distintas edades (cuota de edad), cuenta con personas que representen diversos lugares del territorio (cuota de territorialidad), y así sucesivamente. Y nadie se ha preguntado si los entrantes tienen más mérito y capacidad para acceder a esos puestos que los salientes. Simplemente, se han hecho las sustituciones y renovaciones en el mundo de la política, de la empresa, de los sindicatos, de las asociaciones, de las instituciones y organizaciones, en general.
Pero cuando las mujeres esgrimen su condición de mitad de la población, entonces el sistema que antes funcionaba deja de valer, y aparece un nuevo requisito, un pasaporte expedido especialmente para ellas: el famoso mérito y la no menos famosa capacidad.
La Ley de Igualdad efectiva entre mujeres y hombres deja atrás los exámenes a las mujeres para acceder a sus derechos, y establece no una cuota, sino dos: la cuota de los hombres y la cuota de las mujeres, la doble cuota natural de la demografía, que por cierto, es una palabra que se parece mucho a democracia, quizá no por casualidad.
La Ley de Igualdad Efectiva entre mujeres y hombres, fundamenta y legitima el derecho de los hombres a disfrutar del 50% del empleo, de los cuidados familiares y del poder. El resto es todo nuestro.
CONCLUSIÓN: ANTES DE OPINAR... HAY QUE INFORMARSE BIEN...
P.D.: Shadowmaker, tú seguro que tienes unos 80 años por tu retrógrada mentalidad. ;D ;D ;D
Totalmente de acuerdo contigo, De Peage. Cada un@ tiene un concepto distinto de lo que es el "amor". Dicho esto, punto y a parte.
He leído DETENIDAMENTE LA LEY DE IGUALDAD, TODOS Y CADA UNO DE SUS 78 ARTÍCULOS, MÁS LAS DISPOSICINES ADICIONALES Y FINALES, SIN OLVIDAR EL PREÁMBULO. ;)
CONCLUSIÓN: NADIE HA LEÍDO LA LEY DE IGUALDAD.
:o
O.... si dice que la ha leído:
1º) O lo ha hecho a "grosso modo", si fijarse en los detalles.
2º) O no sabe leer y/o entender el texto.
¿Que por qué digo esto? muy simple: 1º LEAN LA LEY, y una vez hecho esto, prosigamos...
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Unos "breves" apuntes:
* La ley dice EXPRESAMENTE que NUNCA el sexo se antepondrá al mérito y talento. :)
* En cuanto a la contratación de mujeres, tan solo se obliga al/a la empresari@ a mantener un EQUILIBRIO de ambos sexos, no pudiendo en ningún caso ser inferior al 40 % ni superior al 60 %. Por tanto se trata de un EQUILIBRIO, que ni siquiera obliga a la "IGUALDAD" respecto al número de uno y otra, en el sentido más estricto de la palabra, que sería de un 50 % para ambos sexos.
* Lo que más protege esta Ley (entre otros aspectos) es la MATERNIDAD, tanto en el sentido de que esta circunstancia deje de ser un obstáculo tanto para la mujer que desee trabajar o trabaje como para la empresa contratante que ve en ello un gravámen o carga, promoviendo, entre otras medidas, la igualdad de sexos en cuanto a responsabilidades familiares, con el fin de conciliar la vida familiar, personal y laboral de AMBOS.
* Se promueve la FORMACIÓN CONTINUA DE LA MUJER, siendo deber del/de la empresari@ formar a las mujeres para su óptima preparación teórica y práctica y cumpla así todos los requisitos que exige el puesto de responsabilidad en cuestión. Por lo tanto.... esto tira por tierra cualquier argumento en contra de esta ley cuya base sea la supuesta "incompetencia" de una mujer que ocupa un puesto por cuota.... ya que dicha mujer será formada específicamente para cumplir con éxito los requisitos del puesto.... ejemmmmm!!..... 8)
* Se FACULTA, (es decir, que no es obligatorio) a las empresas para que desarrollen "planes de igualdad" en las mismas, y, presentando estos ante la autoridad competente, obtendrán SUBVENCIONES y AYUDAS para las infraestructuras necesarias para poner en marcha dicho plan de igualdad y alcanzar los objetivos del mismo. Eso sí, obviamente, se vigilará por la Administración el cumplimiento, continuidad y mantenimiento de dichos planes de igualdad, retirando las subvenciones en caso de incumplimiento.
* Asimismo, las empresas que cumplan estrictamente con las políticas de igualdad y los planes de igualdad, gozarán de un DISTINTIVO (regulado mediante Reglamento) que reconocerá dichos méritos y el cual podrá utilizar en su publicidad.
* Todo lo demás se dirige a proteger a la mujer en ámbitos como:
- Publicidad: proyectar una imagen digna y no estereotipada ni denigrante para la mujer.
- Medios de comunicación: idem
- Educación: fomentando la educación no sexista y de respeto y tolerancia entre ambos sexos,
y promoviendo un lenguaje no sexista.
- Violencia doméstica: protegiendo a la víctima y facilitándole su inserción laboral.
- Acoso sexual: evitando el mismo con medidas que ha de imponer el/la empresari@, y castigando
duramente estas conductas denunciándolas desde el primer momento.
- Presencia equilibrada en el ámbito político
- Regulación el los ámbitos militar y de las fuerzas armadas.
- Etc...
EN DEFNITIVA:
Que no entiendo el debate que se ha producido hasta ahora puesto que, tanto la situación laboral de las mujeres como de los hombres queda protegida, aunque, obviamente, protegiendo especialmente la circunstancia de la maternidad, como ya he expuesto, dejando de ser la misma un aspecto negativo tanto para las mujeres como las empresas.
Lo único que podría entender, si algun@, después de LEER DETENIDAMENTE LA LEY, se opusiera a la misma, sería lo siguiente:
- Si es un hombre el que se opone:
No hay otra excusa que su INTOLERANCIA, FALTA DE SENSIBILIDAD Y EMPATÍA, PREPOTENCIA,
ORGULLO, MACHISMO, Y RETICENCIA A MEJORAR LA SITUACIÓN DE LAS MUJERES EN UN PLANO
DE IGUALDAD PARA MANTENER UNA SITUACION DE SUPERIORIDAD RESPECTO A LAS MISMAS...,
o también puede que LES ASUSTE LA COMPETENCIA FEMENINA.
- Si es una mujer la que se opone:
No pueden haber más excusas que:
* Su inseguridad en sí misma, en su competencia, capacidades y méritos.
* Su negación, por miedo o comodidad, a asumir responsabilidades (lo malo es que luego
éstas siguen quejándose...., como el perro del hortelano que ni come ni deja comer...).
Personalmente, y ante todo, valoro la LIBERTAD como bien supremo del ser humano, evidentemente siempre y cuando no dañen a nadie, por lo que IGUAL DE ACEPTABLE me parece que una mujer, libre y voluntariamente ELIJA tanto cuidar de su/s hij@/s todo el tiempo, como trabajar, como ambas cosas, pero con una CONDICIÓN: QUE LUEGO NO SE QUEJE DE UNA SITUACION QUE HA ELEGIDO ELLA MISMA LIBRE Y VOLUNTARIAMENTE. Y si resulta que luego no se siente a gusto con lo que ha elegido, que CAMBIE DE OPCIÓN Y NO SE QUEJE, pues con esta ley se acabó para muchas (con el consiguiente beneficio para sus parejas..) la excusa de la maternidad con tal de vivir del cuento y no dar golpe (y me refiero a las que VOLUNTARIAMENTE deciden a su/s hij@/s pero luego no paran de QUEJARSE hasta la saciedad de "no poder trabajar" por culpa de l@s hij@s, amargando consecuentemente al pobre marido/ novio al que culpan de todos sus males cuando son ellas las únicas culpables de sus decisiones. Cosa muy diferente sería que la mujer que, libre y voluntariamente desee educar y cuidar a su/s hij@/s todo el tiempo, LO ADMITA SIN MÁS, y es igual de valorable que una que trabaje, no tiene por qué dar explicaciones a nadie, es su decisión, PERO NO SE QUEJA POR VICIO COMO MUCHAS.
PARA CONCLUIR:
Pienso que el debate sobre esta ley debería ir más encaminado en aportar los medios o soluciones más eficaces para hacer efectiva y se cumpla satisfactoriamente el espíritu de la misma, (puesto que un debate en otra dirección sería más propio de la discusión machismo-feminismo), una ley que, como EXPRESAMENTE lo afirma en su Preámbulo, ya se ha constituido en un PRINCIPIO INFORMADOR DE TODO NUESTRO ORDENAMIENTO JURÍDICO, para lo cual se han creado y crearán Instituciones concretas y específicas para la vigilancia de su cumplimiento y buen funcionamiento.
Ahora es cuando mediante esta ley se pondrá en evidencia las mujeres COMPETENTES de las CUENTISTAS... ;D le pese a quien le pese. Y estoy convencida que las mujeres COMPETENTES NO SE QUEJARÁN, no les importarán si las criticarán por su "cuota asignada", porque éstas mujeres no atienden a nimiedades semejantes, éstas son mujeres SEGURAS DE SÍ MISMAS, AMBICIOSAS (en el mejor sentido de la palabra), LUCHADORAS, QUE SE VALORAN, SABEN MUY BIEN LO QUE QUIEREN Y NO LES ASUSTAN LOS RETOS NI LA COMPETENCIA NI EL TRABAJO PARA ALCANZAR SUS METAS, éstas mujeres APROVECHARÁN LA OPORTUNIDAD PARA FORMARSE MEJOR Y APRENDER MÁS, PARA SUPERARSE Y NO ESPERAN QUE SE LO DEN TODO HECHO O QUE UN HOMBRE SEA SU "SEGURO DE VIDA" O "CUENTA CORRIENTE" (Al que exprimen...), en fin... que esta ley PONDRÁ EN EVIDENCIA A MUCHAS.... LAS QUEJICAS SIN CAUSA... LAS QUE NUNCA HACEN NADA PORQUE EN TODO VEN PEGAS Y NO UNA OPORTUNIDAD.
Lo que más me temo de esta ley es que, pese a que muchas tendrán oportunidad de aprender, formarse, y ascender... no querrán, y YA NO HAY EXCUSAS... ???
Sólo me queda por decir una cosa, y es que, cuando terminé de leer (incluso subrayar) detenidamente la Ley, me invadió una GRAN TRISTEZA, sí, la tristeza de que todo cuanto regula la ley no hubiera nacido voluntariamente de los hombres, que estos no hayan sido conscientes ellos mismos de la problemática, de la situación desequilibrada y dificultad de muchas mujeres en diversos ámbitos, y que no hayan sido los hombres los que, voluntariamente, hayan adoptado tales medidas.
ES TRISTE QUE HAYA TENIDO QUE SER UNA LEY LA QUE OBLIGUE A LA SOCIEDAD A SER MÁS JUSTA. :'(
NO TENGO MÁS QUE DECIR.
Salu2
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