Debates. => Área política. => Mensaje iniciado por: simple22 en 19 de Marzo de 2011, 13:14:29 pm
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La sentencia que "da la razón" a Italia en lo de los crucifijos, como la sentencia que da la razón a los fanáticos y recalcitrantes, incurren ambas en un error fundamental: el suponer que un tema típicamente teológico, filosófico o de opinión pública, pueda ser zanjado en un sentido o en otro mediante la ley, la fuerza bruta y las pistolas. Si esto es así, es tanto como decir que una opinión es más válida que otra, en función de donde apunten la ley, la fuerza bruta y las pistolas, o que la ley, la fuerza bruta y las pistolas pueden establecer en cada caso la opinión válida o la religión verdadera.
Tanto a los partidarios de una, como de otra idea, les digo: "¡qué triste es que el único argumento para imponerse en una discusión filosófica o teológica sea el peso de la ley, la fuerza bruta y las pistolas!"
Lo correcto habría sido que los poderes públicos se declararan absolutamente incompetentes en discusiones filosóficas o teológicas. Eso sí sería un Estado de derecho.