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LoginCarles Puigdemont visitará este miércoles en La Moncloa al presidente en funciones, Mariano Rajoy, con pocas esperanzas de arrancar compromisos concretos pero con un objetivo: reafirmar que la Generalitat quiere dialogar con el Ejecutivo pese a seguir en marcha con el proceso soberanista: “Este Gobierno ha acreditado un diálogo institucional permanente”, ha presumido el presidente catalán, que ha descrito los cuatro temas que quiere plantear a Rajoy mañana.
“Le plantearemos cuál es nuestro propósito de las relaciones Cataluña-España; todo lo que tiene a ver con los derechos básicos, pasando desde el tema de los refugiados hasta la pobreza energética, pasando por el techo de déficit, que tiene incidencia en los derechos de los catalanes; los incumplimientos del Estado; y la judicialización de la política”. Los cuatro ejes que plantean Puigdemont suponen que la Generalitat no se quiere dejar nada en el tintero y tratar todos los temas que tensionan las relaciones con el Gobierno. El presidente catalán no ha querido concretar más “para ser cortés” con Rajoy.
Puigdemont irá mañana a la Moncloa tras cien días de mandato y con un plan de acción de su Gobierno bajo el brazo. El presidente catalán ha presentado su programa esta mañana para lograr “revertir los recortes” y dejar Cataluña a punto para proclamar la independencia. Tras un inicio con gestos y pocos medidas concretas, Puigdemont ha prometido una retahíla de medidas, entre las que destacan las asociadas al plan de choque contra la pobreza y la creación de estructuras de Estado: en total, 45 leyes y 750 medidas concretas, según la leyenda del Gobierno catalán. La mayoría relativa a asuntos sociales, con objetivos relacionados con la secesión como el desarrollo de Exteriores (pese al veto del Constitucional) y de la Hacienda catalana. Las principales leyes para la ruptura se están redactando en el Parlament.
“El plan cumple perfectamente con los propósitos que anunció este Gobierno”, ha celebrado el presidente de la Generalitat, que ha señalado las principales amenazas para poder llevar a cabo su programa: la “situación acreditada de debilidad de las finanzas de la Generalitat”, que pretende no hacer más recortes pese al drástico recorte de déficit que debe acometer en los siguientes Presupuestos; y “la judicialización de la política”, la expresión que Puigdemont usa para denunciar los recursos del Gobierno al Tribunal Constitucional.
De entre los riesgos, el presidente catalán no ha citado su frágil mayoría: Junts pel Sí depende de los votos de la CUP para gobernar, y los anticapitalistas solo garantizan su apoyo a las cuestiones relacionadas con el proceso soberanista. Los Presupuestos, que Puigdemont asegura que supondrán “el blindaje de las políticas sociales”, pondrán a prueba esta mayoría y la viabilidad de gran parte del plan de Gobierno del nuevo presidente catalán.
