Hola compañeros.
Soy madrileño, de esos qeu se pasaron tres y cuatro horas localizando a todos los cercanos, de una u otra manera, qeu vienen a trabajar en los cercanias.
Y os puedo jurar que duele, pero como duelen los anteriores, en cualquier parte de España o del mundo. No duele más porque fueran madrileños, duele porque la barbarie siempre duele, porque a ellos no les vale ya aquello de la razon vencerá la violencia, o qeu podrán matarme pero no me quitarán mi libertad. A sus familias, amigos, compañeros..., la violencia irracional les ha quitado un trozo de su vida. Y duele. Nada vale el decirles que soy uno de esos 11 millones que estuve en la calle, bajo la lluvia, porque había que estar. De nada vale decirles que estoy alli porque a lo mejor ellos, de no ser victimas, estarian. Y duele. Colocar tu mano en el hombro de uno de aquellos cientos que esperaban en una fria sala de IFEMA, y no tener nada que decir, solo poder compartir una lágrima.
Con el permiso del foro, me gustaria poner unas palabras de Blas de Otero, para la reflexión, para la compañia, para convencernos de alguna manera que de todas las victimas del sinsentido, algo debe quedar dentro de nosotros, para que no mueran del todo. Y sobre todo, para que ocurra el milagro de que acabe.
Mientras viva
Vuestro odio me inyecta nueva vida.
Vuestro miedo afianza mi sendero.
Vida de muchos puesta en el tablero
de la paz, combatida, defendida.
(Ira y miedo apostaron la partida,
quedándose los dos con el dinero.
Qué hacer, hombre de dios, si hay un ratero
que confunde la Bolsa con la vida.)
Vuestro odio me ayuda a rebelarme.
A ver más claro y a pisar más firme.
(Mientras viva, habrá noche y habrá día.)
Podrán herirme, pero no dañarme.
Podrán matarme, pero no morirme.
Mientras viva la inmensa mayoría.
Blas de Otero