Tengo el placer de conocer Hungría y a los húngaros y decir, desde España, que la democracia en Hungría es débil es una afirmación hecha demasiado a la ligera.
Hungría se parece mucho a España en el hecho de que hizo una transición mediante un pacto entre las autoridades del antiguo régimen y los partidos de la oposición, con poca influencia de la sociedad civil y sin violencia. Las comparaciones, por eso, son muy útiles entre los dos países porque, tal vez junto con Chile, son los tres países del mundo donde se hizo una transición basada en el olvido y no basada en la venganza o el ajuste de cuentas, sombra que aparece, sin embargo, periódicamente, como ahora en España con el tema de la "memoria", o como hace un par de años en Hungría, al dimitir el anterior Primer Ministro, dimisión relacionada con sus responsabilidades en el anterior régimen.
En fin, simplemente, ya que tratas de establecer un paralelismo con la situación en España, te pediría que imaginaras qué habría pasado en nuestro país en una situación similar.
¿Habría dicho el Presidente del Gobierno lo que dijo el Primer Ministro de Hungría?
Lo dudo mucho. En España los políticos son mucho más profesionales y se cuidan bastante de decir las cosas en público. Apenas participan en medios de comunicación si no es en entrevistas bien preparadas. Lo tienen todo muy medido. Aparte de algún "manda huevos", divertido y casi inofensivo, pocas salidas de tono se les oye. Pero, ¿ser profesionales quiere decir que la democracia es más avanzada? Permíteme dudarlo muy seriamente.
¿Habrían salido espontáneamente los ciudadanos a la calle a manifestarse día tras día, noche tras noche?
Permíteme dudarlo también. Aquí, si no es la AVT o los obispos, por un lado, o si no es el No a la Guerra y los actores progres, por otro, no sale nadie, mienta quien mienta. Y, por supuesto, con las varas de medir de unos y otros, qué curioso, siempre reunen a un millón de personas, vayan donde vayan

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¿Habría dimitido el Presidente del Gobierno?
Permíteme pensar que aquí no habría habido ni siquiera moción de confianza, y menos aún de censura. Tal vez se hubiera arreglado la cosa con una entrevista preparada por Iñaki Gabilondo y ya está.