Estimada Sara: en primer lugar, no debería preocuparte tanto la Ley de la Abogacía, porque eres muy joven y tienes mucho tiempo para comerte el mundo. Los más fastidiados ahora, creo yo, son los compañeros que se han quedado "entre dos aguas", es decir, licenciados del plan 53-2000 con posterioridad a octubre de 2011: para ellos se está intentando arreglar el periodo transitorio y no hacerles estudiar dos años más de máster. Los "viejos" cursos de práctica jurídica, como el que yo sigo en este momento y que dura un año, pasarán a ser (como mínimo) de 18 meses, aunque yo creo que la mayoría pasarán a dos años. Francamente, un año se queda corto: no tienes tiempo de estudiar, acudir a tribunales y llevar los trabajos al día. Si vas a ejercer, aparte de ser obligatorio, veo el master muy, muy necesario: por desgracia, con el actual sistema, no se hacen prácticas de verdad; el llamado "prácticum" es un paripé bastante inútil. Se crean licenciados "de laboratorio" que no han hecho una demanda en su vida. Si lo que se quiere es utilizar la carrera como un punto más en el currículum (no digo ya opositar, porque las oposiciones andan en paradero desconocido) con el grado vas que chutas, pero la abogacía es algo mucho más serio y un buen profesional no se improvisa. En cuanto a los precios, repito: me parece vergonzoso que no los haya públicos para el master ya que la educación universitaria (hasta el final) debe seguir siendo accesible a todos por igual, con independencia de su cuenta corriente.
En cuanto al inglés, pues depende del ámbito que queramos tocar, pero, vamos, que hay abogados (muy buenos) que no han tenido necesidad de decir ni "yes" en toda su vida. Importa más dominar el castellano, del que muchas veces nos olvidamos, cometiendo bochornosos errores hablando y escribiendo. En este sentido (y para quien vaya a dedicarse a los Tribunales y casos del foro) encuentro mucho más conveniente un curso de oratória forense o alguno que enseñe a hablar en público: desinhibición, persuasión, modulación de la voz, dialéctica, argumentación...Son armas del abogado que veo muy romas hoy en día: los abogados debemos manejar las palabras como nadie.
En fin, os dejo, porque tal vez haya empleado esta vez, demasiadas. Saludos.
