Llamar al apellido era el llamamiento que se hacía para juntarse y defenderse los que estaban unidos con lazos de sangre. El nombre le venía porque se reunían los de una misma familia o linaje, formando una "hueste reunida por apellido", aunque también tenía un carácter más general, el de una "partida" que se formaba para perseguir a un delincuente. De cada casa tenía que participar un hombre mayor de 25 años y menor de 65.
"Levantar huestes", pues como dirían algunos oxonienses "more clear, the water".
Salu2,
IUS