Odio el calor, odio el verano. Ansias de piscina o playa no tengo, orgullosa de mi blanco nuclear

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Lo que me salva, por las noches, es abrir todas las ventanas de casa para que haga algo de corriente, bajo el riesgo de levantarme al día siguiente con la cara hinchada

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Y otra cosa que procuro hacer en verano e comer menos sal, porque no sé si os pasa, pero con el calor, al estar mucho rato sentada, se me ponen los pies bien bonitos.