Hasta cinco interrupciones durante el examen de procesal (Pabellon de la Pipa) por parte de los guardianes del conocimiento (profesores, supongo), y los nervios casi me hacen perder la compostura y las buenas maneras:
Cuando el examen estaba ya en la mesa:
1. Sientese aqui, ahi no. Cambio de sitio con los papeles, el examen, el compedio de leyes procesales, bolis, etc
2. Justificante de asistencia (vocean). Sí, necesito uno. El examen ha comenzado hace varios minutos. Los nervios me hacen daño en el estomago y estoy realmente mal. Debes rellenar el impreso ahora mismo...Dejo el examen, relleno el impreso.
3. Hojas de borrador, hojas de borrador. No quiero ninguna, encontré una sobre el pupitre.
4. Media hora de examen. Una tipa me increpa, lo que llevas en la cintura debes quitartelo ahora...
Sorpresa y desagrado. Se refiere a una especie de funda para moviles, un poco mas grande, donde guardo documentación como dni, carnet de conducir, clinex. No se como ha podido verla, porque estoy encorvado sobre el examen, le digo que no quiero quitarmela, me contesta que a usted que mas le da, al final cedo, me desabrocho el cinturon del pantalon, la dejo en el pupitre. Los nervios me dejan caer como agua hirviendo dentro de mi estomago, he perdido un poco la concentracion y el rumbo ya que estaba en mitad de la respuesta a una pregunta. Miro el reloj y continuo bregando.
5. Se acerca alguien y permanece junto a mi. Yo continuo escribiendo sin levantar la vista. Puedo oir su respiracion de depredador docente, coge mi carnet y está un buen rato manoseandolo. Aumentan mis nervios. Solo deseo que se vaya para poder reconcentrarme en el examen... De repente me coge el examen, oh sorpresa, me lo mira de arriba abajo, mira la hoja de borrador y me dice que esa no es la de borrador (es la que encontre en la mesa), sube mi adrenalina, pierdo un poco las formas y le digo que "dejen de tocar las narices o pondré una reclamación", solo deseaba terminar el examen y marcharme, el depredador muestra su chulería, falta de tacto, escaso sentido del deber, ausencia completa de empatía, y , en fin, menosprecio manifiesto diciendo: "reclama lo que quieras" y se marcha a por una hoja nueva de borrador.
Eso es todo. Cinco interrupciones. En la ultima imagine que me levantaba con una silla y que le rompia la cabeza al depredador docente. Pero pudo más la cordura y el sentido común, algo que quizá necesiten los examinadores en el Pabellón de la Pipa de Madrid.
