Leer esa noticia me produce asco, un inmenso asco. El que seres como este bípedo, que es capaz de matar a una persona atada y con las manos a la espalda por el simple hecho de tener ideas contrarias a la suya, disfruten de beneficios penitenciarios injustos, (que no legales) me hace replantearme mis principios como demócrata y sobre todo como persona. El primer sentimiento es el de venganza, y además una venganza cruel, de la misma medida de la que gasta él, me gustaría verlo sufir, rabiar de dolor, aplicarle ese dicho de mi tierra que reza algo así como "mal dolor te diera que corrieras, y cuanto más corrieras, más te doliera"... pero no, ese no es el camino, lo más sensato sería que se pudriera en la cárcel, que pasara el resto de sus días a la sombra y entre cuatro paredes, pero tampoco... tampoco ese es el camino, nuestra bienintencionada Constitución proclama que la penas han de estar orientadas a la reinserción, por lo tanto lo más sensato es que este "cacho carne" disfrute de todos los beneficios penitenciarios posibles, incluso si no se ha arrepentido de sus horrendos crímenes, que eso es secundario, que el fin primordial es integrarlo en una sociedad cuyo modelo él mismo intenta destruir y de la que se aprovecha para sacar todo el partido que pueda, como ese otro gran amigo de la paz que se encuentra "refugiado" en Irlanda del Norte. Seámos democratas pues y aceptemos que en este bendito país matar resulta demasiado fácil, y matar varias veces puede resultar no sólo más barato proporcionalmente, sino incluso un mérito a ojos de determinados seres vivientes.
Perdonad la ironía, pero es que bípedos como este me ponen fuera de mis casillas y me tengo que contener...