Lo que quiero decir, es que, cuando dije que Andalucía había entrado en decadencia, que no era porque tuvieran ningún gen maldito, sino por una concepción errada de las cosas.
Quiero decir igualmente, que no debemos competir en deméritos ni en disparates, sino unir esfuerzos en torno a la cultura del mérito, del trabajo y la honestidad. Y no ya como españoles, que también, sino como personas racionales.
Esto es como lo de los criminales: cuanto más dura sea la pena, mucho mejor.
Si sostenemos en lo económico la cultura del demérito, eso es como sostener en lo legal, el discurso de "pobres criminales incomprendidos", o en lo educativo, las leyes estas de pasar con cuatro suspendidas.
Esto no es plan...