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LoginEs lo mejor que puede hacerse contra estos irrisorios e impresentables: echárselas al suelo, como quien da de comer a los cerdos. Una pena que la cara de Rubalcaba no esté en las monedas de dos, cinco y diez céntimos. La metáfora es clara: sin el dinero público, no existirían. Y el César es el que les da las monedas...