Cuando a un grupo de ciudadanos les da por ocupar un espacio público ILEGALMENTE, jorobando la vida y el bolsillo a los que sí cumplen la ley, y aún así, se resisten a ser desalojados, pasan de ser supuestos “indignados” a ser presuntos delincuentes.
No se puede pretender construir una democracia ¿real? insultando, increpando, persiguiendo, atacando y secuestrando a los representantes DEMOCRÁTICAMENTE elegidos. Ni irrumpiendo por la fuerza en una televisión pública, rompiendo el mobiliario y empujando a los empleados. O intentando saquear un Carrefour porque “obtuvo beneficios el año pasado”. Arremetiendo contra la policía, que está cumpliendo con su obligación. Agrediendo a los medios de comunicación. Reventando las tomas de posesión, provocando disturbios, batallas campales…
No, dejan de ser indignados para convertirse en indignos de representar a nadie en este país. Indignados estamos los demás de la dramática situación que ha propiciado este nefasto Gobierno, aupado al poder por la mayoría de estos mal llamados indignados. No es digno de exigir derechos quien lo hace pisoteando los derechos ajenos, no se reclaman derechos violando la ley. Desde luego, sí, sin duda, qué desfachatez aprovecharse de las buenas intenciones de muchos desesperados por la crítica situación económica actual.
Pero vamos, en vista de la buena acogida, yo voy a ver si me indigno un poco más de aquí a mañana y me organizo el atraco a un BBVA, que creo que el año pasado se forraron.