Si lo imposible se quiere sin fuerza, entonces eso se reduce a lo puramente melancólico. Y eso es enormemente perjudicial, sí, pero sólo para aquel que quiere lo imposible y si acaso, para unos pocos allegados.
Si por el contrario, lo imposible se quiere con fuerza, entonces el hecho de perseguir esa meta suele degenerar en violencia y monstruosidad y nos encontramos con la quimera. La quimera no es algo imposible y deseable, sino imposible y monstruoso.
La conclusión que se impone, es obvia: la utopía tal y como la entendemos, no existe, ya que lo imposible, no puede ser nunca deseable. Ni hay nobleza alguna en el hecho de desear lo imposible, ya que supondrá siempre violencia o para uno mismo (melancolía) o para los demás (quimera).
En fin, un tema de mucha, de muchísima enjundia.
El error de querer con fuerza lo imposible, conduce al crimen y es característico de muchas ideologías y, singularmente del socialismo.
Frente al socialismo, el garzonismo, o la mal entendida utopía, que en realidad es quimera, sensatez, lógica, inteligencia y realismo. Querer lo imposible, nunca fue una actitud noble. Se piensa y no sólo es lógico, no sólo es verdad, sino que proporciona un reparador sosiego. Pensadlo. Veréis que es así.
Pero es que además: el que no entienda esto, ¿qué otra cosa puede entender?
Y esto que parece algo de lo más prosaico, tiene a mi juicio un contenido altamente poético. Sé que quienes lean esto, lo mirarán y se verán a sí mismos y no faltarán aquellos que sientan el estremecimiento de reconocer en este mensaje una de las verdades más universales. Espero por el bien de los que lo lean, de los que les rodean y de todos nosotros, que este mensaje les ilumine y les permita reconciliarse con la verdad, con el mundo y consigo mismos. Y entonces y sólo entonces, encontrarán en mí a un amigo. Y además las cosas les irán mucho, muchísimo, infinitamente mejor.
Ponedse gafas de sol, porque os puede herir tanta claridad y tanta luz.
En fin: como reflexión final, el querer lo imposible debería ser digno de oprobio sociológico, nunca de admiración ni de comprensión.
Y como obsequio, una hermosa cita de Dante:
"Los hombres no deben aventurarse a juzgar, como hace el que aprecia las mieses en el campo sin estar granadas, porque he visto el zarzal áspero y punzante durante todo el invierno y luego cubrirse de rosas en su cima; y he visto a la nave surcar recta y veloz durante su viaje y perecer en la entrada del puerto. No crean Pero Grullo y el maestro Ciruelo que por haber visto a uno robando y a otro haciendo ofrendas, están ya juzgados en la mente de Dios, porque aquél puede elevarse y este otro caer. "