Es que no falla: siempre que surge un gurú, sobre todo si ha sido antifranquista, resulta ser al final un bluff, un globo que pincha: ya lo hemos visto con todos: etarras, Garzón, separatistas catalanes y vascos, comunistas, la propia Iglesia que los protegía… ¡Y ahora Trevijano! Todo mentira, todo lo del antifranquismo es una gran mentira.