Vamos a ver, Joaquín: tenemos unas deudas horrorosas y sumamente dolorosas, que sólo se pueden saldar levantando el chiringuito autonómico. ¿De qué hablas? ¿De dar una patada a los acreedores? Eso es sencillamente de países bandidos, que desde luego no lo van a permitir. La solución era antes: empezar a cerrar los chiringuitos, en vez de abrir la vía estatutaria catalana, con las tropecientas competencias autonómicas. Y entonces no habríamos dependido de los acreedores. La solución era antes, no entrando en el euro. Pero una vez que se ha gastado lo que no teníamos, hay que afrontar lo que tenemos. Y eso pasa por PAGAR a los acreedores.
Y no comprendo ese odio al liberalismo, cuando fuera del totalitarismo no hubo alternativa al liberalismo. ¿Acaso prefieres que volvamos al absolutismo? Pues no te preocupes que eso ya se está restaurando por la vía del hiperintervencionismo. Y no hay más que ver, cómo han sido los totalitarios socialistas, los que han vuelto a poner en el plano no de la pura discrepancia, sino de la enemistad política, a la religión católica.